Reflejo Perfecto.

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Todo daba vueltas, corría por el arcén de la carretera, varios coches le pitaron, casi provocó un accidente.

Era frío y gris invierno, la nieve lo cubría todo y pronto Jeff se apagó por dentro.

Tan rápido como se apagó el frío caló sus huesos.

Las luces de los coches en la noche se difuminaban, los sonidos de las personas haciendo los últimos regalos de navidad, algunos perros ladrando.

Jeff salió del andén, correteó por algunas callejuelas.

Escudriñó con la mirada todos los edificios de aquel barrio, la mayoría en ruinas, podría ser perfectamente un barrio antiguo.

"24 de Diciembre y yo en la calle, pensó Jeff."

Pronto la ira se volvió contra él, se le empezó a poner el pelo rojo.

Se dio la vuelta, la calle estaba desierta, solo habían unos cuantos taxis y algunos ancianos cerca de una relojería. Bajó la mirada, justo delante de sus pies había un charco cristalino, que reflejaba el gris cielo de aquella tarde.

Se contemplo, tenia la cara llena de arañazos, una cicatriz le cruzaba el ojo derecho, sus ojos eran rojos y su pelo echaba chispas.

Acercó la mano al charco, como si quisiera tocar aquel espantoso refleo.

Cuando la mano de Jeff estaba a tan solo cinco centímetros del espejo natural, este se desintegró. Se evaporó en una fracción de segundo.

La ira se apoderó de él de nuevo. Notaba como la cabeza se le empezaba a calentar.

Se obligló a relajarse si no quería volver a ser Jeff El Hombre Llama. Se tranquilizó pero notaba aún el calor corriendo por sus venas.

Atónito se propuso volver a trazar su ruta hacia donde ya había decidido ir, Los edificios, cuando algo le interrumpió, era un sonido de un juguetito. Se dio la vuelta hacia el repiqueteo de los muelles y las tuerquecitas del chisme.

El jueguete era una especie de caja de musica, donde un ángel giraba, emitiendo soniditos mecánicos, el ángel bailarín se encontraba detrás de el escaparate de una juguetería, que ya se hallaba cerrada.

Se acercó con pasos lentos y vacilantes, apoyó las manos en el escaparate y acercó un poco la cabeza.

El ángel paró de bailar.

La caja se cerró.

Los demás juguetes en los estantes ( un sin fin de cascanueces, muñecas, y coches de juguetes) se cayeron.

Poco a poco un reflejo se volvió a formar delante de Jeff.

Asustado y atónito se separó del cristal un poco, lo justo y suficiente para verse reflejado, esta vez no con el pelo y los ojos rojo, no como un chico.

El reflejo mostraba a Jeff sin un ojo, el izquierdo, donde quedaba una cuenca negra y sangrienta. La mitad de la cabeza no tenía pelos, y en el espacio quedaban unas ronchas asquerosas, también el lado izquierdo. Al abrir la boca observó como en el reflejo salian gusanos, bichos, el lado derecho no tenía dientes, solo un par, pero negros y podridos.

Levantó la mano izquierda para observar atónito lo ultimo que quería ver. El lado izquierdo del cuerpo de Jeff solo tenían retales de piel, la mitad de Jeff era medio esquelética.

La mitad de Jeff estaba muerta.

La mano de Jeff se levantó involuntariamente, estaba sangrando sin saber por qué.

Y comenzó a escribir algo en sangre.

Se retiró de el escaparate y corrió asustado hacia ninguna parte determinada.

El escaparate rezaban unas letras ensangrentadas:

NO HUYAS DE LA VERDAD MARCUS,
COMPLETA EL PACTO.
Cierra el vinculo .

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