"Tengo el corazón roto pero el orgullo intacto"
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Historia original, prohibida su copia o adaptación sin permiso de la autora.
Obra basada en la saga de Harry Potter.
Portada x @abbxmar
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Las semanas transcurrían con rapidez en el mundo mágico. Eden pronto descubrió muchas cosas, como que su profesor favorito era Flitcwick, de Encantamientos, y que se le daba mil veces mejor la práctica que la teoría. A ella le gustaba leer y escribir, siempre y cuando fuesen cosas interesantes. Cuando se aburría simplemente no podía concentrarse. Por eso le gustaba mucho Encantamientos: casi todo era usar la varita, solo tenían que escribir unas cuantas líneas por cada clase de teoría (el nombre del hechizo, el movimiento de la varita, el resultado, el contrahechizo, los efectos adversos...).
Un lunes por la mañana Eden se levantó con el tiempo justo, se vistió corriendo, tapó sus ojeras con el corrector de Mal (como le gustaba llamar a Malyn) solo para molestarla, y bajó corriendo las escaleras a la sala común.
—¿Y tu mochila? —le preguntó Ander, que la esperaba como cada mañana en la sala común.
Eden regresó a su dormitorio corriendo y volvió jadeando con la mochila colgando del hombro. Al pasar junto al tablón de anuncios los dos se detuvieron.
Primer año: clases de vuelo.
Las clases de vuelo para los de primer año darán comienzo el miércoles a las cuatro para Slytherin y Gryffindor, y el jueves a las cinco para Ravenclaw y Hufflepuff, en el campo de quidditch.
—¿Nos van a enseñar a volar? —preguntó Eden emocionada— ¡Eso es fabuloso! ¿Y qué es el quidditch?
Ander rió moviendo la cabeza y dijo:
—Vamos, te lo explicaré mientras desayunamos, tenemos poco tiempo.
De modo que salieron a las mazmorras, avanzaron hasta el Vestíbulo y tomaron asiento sin perder tiempo en la mesa de Slytherin dentro del Gran Comedor. A Eden le impresionó cantidad saber que no volaría por sí misma, sino que se ayudaría de una escoba.
—¿Volar en una escoba? —repitió— ¡Como las brujas de verdad! Esas que tienen una gran y fea verruga en la punta de la nariz.
—Sí, bueno, no es sorpresa que los muggles nos odian y siempre caracterizan a las brujas como unas viejas feas —contestó Ander.
El miércoles llegó demasiado pronto, y Eden estaba muy nerviosa por hacer el ridículo delante de sus compañeros de Slytherin. Bertram Aubrey y Eddison Davis ya tenían demasiados motivos para meterse con Eden como para darles uno solo más.
Absolutamente todos los niños que provenían de familias de magos hablaban sobre quidditch la mañana de las clases de vuelo. Eden tardó en pillar el funcionamiento del juego, sobre todo porque ni a Ander ni a Severus les gustaba mucho aquel deporte, pero consiguió que una chica mayor de su casa, muy amable por cierto, le explicase las normas básicas.
