Acuérdate de mi cuando otro te ponga el anillo

CAPÍTULO5

Desperté a las 11 por culpa del timbre.
-Oh mierda
Habia quedado con Izan.
Abrí la puerta con mis pelos desordenados y con un pijama de una oveja.
-Que mona estas ¿no?
Me sonrojé
-Anda sientate y espera a que me vista.
-Eres una lenta e impuntual.
Le saqué la lengua y subí las escaleras para ir a ducharme. Intenté ducharme en cinco minutos pero tarde ocho. Salí corriendo del baño con una toalla en el pelo y otra en el cuerpo. Fui al armario a buscar algo decente y encontré un vestido de algodón con un estampado de flores muy bonito y primaveral. Me venía por encima de las rodillas. Me maquillé un poco y bajé.
-Si sigues así me vas a provocar y hacer cosas. -dijo él
-Eres un culete frío.
-¿Que dices? -dijo descojonandose
Le besé
-Bueno princesa, ¿nos vamos?
-¿Princesa? ¿Qué? Yo soy una reina, guapete.
Me dirijí hacia la puerta y al salir note que iba descalza.
-Izan. ¡Los zapatos! -dije riendome- fui a mi habitación corriendo. No sabia qué ponerme.
Encontré unas sandalias marrones que pegaban muy bien con mi vestido. Bajé por segunda vez y nos fuimos.
Me llevó en su moto. Era un lugar muy tropical que no conocía. Había una cabañita que vendía refrescos.
-¿Y bien? ¿Te gusta?
-Me encanta.
Pude notar que habían hamacas en la arena y palmeras. Este sitio me encantaba.
-¿Qué quieres desayunar?
-Mm... ¿Zumo de naranja? Con... ¿Unos nachos?
-Perfecto. Yo un zumo de piña y compartimos nachos.
Nos dirijimos al puesto. Habia una mujer vestida de hawaiana.
-Un zumo de naranja, uno de piña y unos nachos por favor. -pidió
La mujer preparó los zumos, en un vaso alargado, le echó unas frutas y una pajita. El zumo de el, era una piña vacía. Bueno, con el zumo dentro y una pajita. Nos sirvió los nachos y fuimos a dejar el desayuno en una mesa al lado de dos hamacas y el fue a pagar.
-Está realmente delicioso. -Dije
-Tu más.
-No te creas eh
El me besó.
Compartíamos los zumos, los dos estaban muy ricos. Los nachos tambien estaban muy buenos.