-¿Sí?- contesté medio dormida aún.
-¿Hija dónde estás? Son las siete de la mañana- era mi madre con voz de preocupación.
No me había dado cuenta, pero Lucas y yo caímos rendidos anoche, salté de la cama en un brinco.
-Ya voy mamá, estoy en casa de Lara y nos hemos quedado dormidas en el sofá- fué lo primero que se me vino a la mente.
-Vale hija, pero vente ya para casa, me tenías muy preocupada, tu no sueles llegar tan tarde- se sentía aliviada de oír aquello. Me volví hacia Lucas para despedirme.
-Lucas- empecé a acariciar su pelo -Despierta, tengo que irme- abrió un poco los ojos.
-¿Qué hora es?- casi en un susurro de voz.
-Son las siete, mi madre acaba de llamarme preocupada, tengo que irme a casa-
-Vale, voy al baño y te acerco- empezó a desperezarse en la cama.
-No, no hace falta, llamare a un taxi para que me recoja, sólo quería despedirme- deje un beso en sus labios.
-No no, te llevo yo, para eso te traje anoche- insistió.
-Lucas si me llevas a casa ahora, mi madre me va hacer preguntas, y no estoy preparada para contestarlas- Lucas me miró extraño.
-¿Tan malo sería que me viesen llegar a tu casa?-
-No es eso, es que aún no les he hablado de tí, ni siquiera sé en qué punto estamos ahora mismo de esta relación...-
-De acuerdo iremos a tu ritmo, cuando tu estés preparada- se incorporó en la cama -Voy al baño-
-¿Estás enfadado?- puse cara de preocupación.
-No, ¿Porqué debería de estarlo?-
-Por lo que acabo de decir-
-No seas tonta, te he dicho que cuando tu estés preparada ¿Vale? no tienes nada de qué preocuparte- me cogió por la cintura y me atrajo hacia él -¿Qué te parece si te llevo a casa y te dejo al final de la calle? Así nadie me verá y parecerás que vienes de casa de tu amiga andando, ¿No vivía cerca tuya?- asentí con la cabeza -Pues perfecto entonces, voy al baño que ya no aguanto más- antes de levantarse me dejo un beso en la frente.
Me arregle el pelo y la ropa como buenamente pude, salimos hacia el coche y pusimos camino hacia mi casa. Tal como dijo, se paró al final de la calle.
-¿Cuando vuelves a tener libre?- se volvió hacía mí.
-Pues salgo el viernes a las siete de la mañana, y ya no vuelvo hasta el lunes por la tarde- dije mirando mi horario en el móvil.
-¿Todo el fin de semana libre entonces?- sonrió ante aquello.
-Sí, puesto que tengo tres noches seguidas, me toca tres días de descanso-
-Perfecto entonces, así podré disfrutar de todo el fin de semana contigo-
Se acercó hasta mí y plantó sus labios encima de los míos. Era tan dulce y tan ardiente a la vez, que poco me resistía a sus encantos, es como si fuera un oso que prueba por primera vez la miel, aunque las abejas estén alrededor al acecho para picarle.
-Nos vemos este fin de semana- se separó de mis labios -Apresúrate o tu madre te llamará de nuevo-
-Hablamos luego- dije sin ninguna gana de separarme de él.
Salí del coche, y me dirigí hacia mi casa, al llegar me dirigí a la cocina, tenía hambre, al entrar mi madre estaba sentada en uno de los taburetes tomando una taza de café en pijama aún.
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Oruga: El comienzo.
RandomSofía es una veinteañera rota a causa de la ruptura con su pareja. Lucas es unos años mayor que ella, donde se conocen por casualidad en una reunión de amigos. Poco a poco se van enamorando y parecen que viven en un cuento de hadas, pero a veces las...