Imagines || Volkacio

Disfrazado

Volkov ve las cámaras del día en que Horacio y Gustabo se hicieron pasar por él y Conway. Basado en el directo 42,5 de Auron y Perxas.

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— ¡Shoot that poison arrow to my heaaaart! ¡Shoot that poison arrow!

Conway entró a su oficina leyendo unos archivos, distraido cantando una de sus canciones favoritas de los 80' cuando se encontró con Volkov y Greco invadiendo su espacio.

— ¡¿Pero qué coño hacéis aquí?! — exclamó, enojado. Habían arruinado por completo su vibra.

— Se ha enterao de lo de la suplantación de identidad — explicó Greco con una sonrisita insufrible. Conway lo miró seriamente, era obvio que el de barba había metido mano para que Volkov se enterara, porque hasta ahora nadie había dicho nada al respecto.

Pasó de ellos hasta que llegó a su asiento y se dejó caer.

— ¿Y? — preguntó entonces, con la mirada de sus dos comisarios encima.

— ¡¿Y?! ¡Eso es un delito! — exclamó Volkov. — ¿Están en Federal, al menos?

— Negativo — respondió el superintendente con simpleza.

— Pero... ¿Qué cojones? — se desesperó Volkov. Greco, al su lado, le puso una mano en el hombro como si simpatizara con su indignación, pero la verdad es que estaba demasiado entretenido con todo eso como para comprender lo que sentía el ruso en esos momentos. Además, todo había sido su culpa, para empezar...

*

— Hombre, ven a ver esto — dijo desde la sala de cámaras en donde el vigilante de turno debía hacer guardia mirando pantallas todo el día. Greco había sacado al oficial para quedarse allí desde que Brown le comentó, pidiéndole discreción, lo que había sucedido hace unos días.

Horacio y Gustabo de Conway y Volkov, como para no perdérsela. Así que fue directo a ver las cintas que lo comprobaban, temiendo que Conway hubiese hecho desaparecer la evidencia, pero no, ahí estaban, y debía admitir que el parecido entre Gustabo y Conway daba un miedo de cagarse.

Luego le preguntaría por el examen de ADN.

En el caso de Horacio, pues se notaba que no era Volkov, aunque se lo habían currado con la ropa, pero Horacio era un poco más moreno, más macizo y tenía mucho más culo que la espalda extensa de Volkov.

Cuando llegó a la cinta del despacho de Conway casi se mea encima. Le agradeció al de arriba por esa tecnología de vigilancia que incluía el audio de la sala en donde se encontraban las cámaras, porque escuchó todo, TODO lo que dijeron allí adentro, desde lo que hablaron con Brown hasta lo que le hicieron a ese pobre chico que quería hacer las oposiciónes.

Y cuando Horacio se puso a recitar de memoria el discurso de rechazo de Volkov — que, a esas alturas, Greco ya conocía — decidió que el ruso debía enterarse.

Es que debía enterarse. O él debía hacer que se enterara tan solo para ver su reacción, y eso fue exactamente lo que hizo apenas el comisario se hizo presente en comisaría y anunció su disponibilidad por radio.

— ¿Qué pasa? — preguntó cuando llegó tras haber sido llamado por Greco con ese misterioso "ven a ver esto". Rodriguez se quitó de la silla en donde se encontraba girando antes de que llegara su compañero y lo sentó a la fuerza en ella. — ¿Qué coño? ¿Qué está pasando?

— ¿Recuerdas haber estado el día martes en comisaría tomándole las oposiciones a... uh... Miles Walker? — preguntó enigmáticamente. Volkov lo miró hacia arriba con el ceño fruncido.