Capitulo 2

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         —¡¿Erze!? despierta, acaso el sol no te causa ganas de terminar tu entrenamiento de hoy?, Estás muy distraída—  Seria acercaba su cara a la mía tanto que un rubor en mis mejillas aparecía alejándome rápidamente de ella negando suavemente con la cabeza.
        —Estoy bien solo que estuve pensando en si realmente vale la pena tratar de ser una cazadora, es decir, tu eres la mejor y eso a papá le enorgullece peo por otra parte yo soy la carga de la familia y no tolero la idea de seguir así—  haciendo un gesto con la nariz miraba a Seria darme un pequeño golpe provocando que relajará la mirada.

       —Pequeña Erze ¿En realidad piensas si vale la pena?, tú misma me has dicho que deseas superarte tanto como para que tengas el respeto de todos y sobre todo el de nuestro padre— cerrando los ojos sentía las caricias de mi hermana sobre mi cabeza haciendo que un ligero sonrojo apareciera.

        —Sinceramente necesito saber que soy igual de necesaria en el clan como tú, no toleró saber que por mi debilidad física sea excluida... por ejemplo: de hacer aquel viaje hacia las montañas de los gigantes de escarcha dónde reside ese chupa sangre mal nacido...—  era levemente agitada por las manos de mi hermana tomando mis hombros con un poco de firmeza obligandome a callar y verla a los ojos.

         —Eres igual de importante que yo para este clan no dejes que tus emociones ganen y confundan las cosas, eso solo oscurece tu juicio y podrías ser corrompida por ese chupa sangre que no vivirá para poder causar más daños, nuestra madre murió por alejarlo de aquí por ello gana esa competencia y vayamos juntas a detener a ese bastardo.—  era abraza directamente por mi hermana sintiendo su calor atrapando su aroma en mi nariz, ella era la figura materna que no había podido tener por lo que si ella me pedía tuviera paciencia la tendría.

          —Iremos cuando vuelva de mi misión ¿si?, Prométeme que no harás nada estúpido sino estoy yo además faltan aún cinco días y aún no logras invocar algún encantamiento del Orbe- terminaba aquel abrazó después de oír que necesitaba hacer que ese Orbe funcionara.
            —¿De quien es?, La verdad es que no logro que funcione y aunque lo agite está cosa sigue sin reaccionar...—  Agitándolo un poco más cortaba un de mis dedos quedando levemente dispersada en las paredes del Orbe liberando una pequeña luz roja que pronto se hacía más intensa apagándose lentamente.

            —¿Que sucede?, Deje caer un poco de mi sangre y ahora hizo un espectáculo de luces...—  Seria miraba el Orbe más de cerca una vez que esté se apagaba haciéndola retroceder en el momento que este empezaba a girar.

            —Pienso que reaccionó a tu sangre como si fuera algún tipo de firma dando a entender que eres su dueña, aunque deja aún al aire quien era su dueño anterior—

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Había pasado al menos un día desde mi  último entrenamiento, Seria me había permitido descansar así que aprovecharía ese tiempo para estudiar a mi nuevo compañero... después de unas largas horas esto era lo que había aprendido de el:

Era un Orbe que poseía la magia de manejo de la sangre de su portador, se habían fabricado diversos tipos pero el que poseía era único, había pasado por diversos dueños dejando en incógnita total su actual ubicación.

         —Parece que lo encontré—

Aún así en los libros nadie había escrito quién fue su último dueño (antes de mi claro), quizás era de algún viajero que lo escondió y murió dejándolo entre nuestras reliquias, y aún así era extraño tuviera mi firma genética dejando aún más preguntas.

            —Faltan tres días y mi Orbe aún tiene secretos que rebelarme pero me asusta saber lo que pasará conmigo si usa mi sangre... A estas alturas suena mejor el enfrentamiento cuerpo a cuerpo—  suspirando y golpeando suavemente la almohada cerraba los ojos quedando completamente dormida porque al día siguiente pondría a prueba lo que había leído además de que de eso dependía mi victoria y supervivencia.

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???: —Parece que mi querida pelirroja encontro mi obsequio... Y con eso ya en la mesa falta poco para tener lo que se me  negó por derecho...—

Pétalos de SangréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora