Capítulo 4↵

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–¿Po-porque?

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–¿Po-porque?...

–Mi cuerpo se movió sólo, tenía que proteger a mi Omega
–el Uchiha cayó derrotado a los brazos del rubio

Naruto tembló, ¿acaso el Alfa iba a abandonarlo? No quería eso, Sasuke era el único que comprendía su dolor, el único que comprendía su soledad.

No perdonaría a quien se atrevió a hacerle eso. Miró con Odio a Haku, quien se resguardaba en sus cristales de hielo; y se descontroló.

 Miró con Odio a Haku, quien se resguardaba en sus cristales de hielo; y se descontroló

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─Y-ya deja de hacer eso Teme ─tapó su nariz con los dedos, ya harto de la actitud de Sasuke, quién le tenía acorralado contra la pared de la tienda de Ichiraku, ignorando por completo a la gente a su alrededor.

─¿Hacer qué?─liberó aún más de su aroma buscando persuadir a el rubio
─lo que estás haciendo con tu aroma, ¡Te odio! Se lo diré a Sakura, ella como la buena Alfa que es; te matará por hacerme esto y luego me tomará como suyo ─río emocionado, olvidando por un momento la situación en la que estaba.

─Tsk ella no te tomará, yo si lo haré y será el mejor momento de nuestras vidas. ─Intentó clavar sus dientes en el cuello de el rubio, pero luego de aquella tarde en el campo de entrenamiento, Naruto no salía de casa sin su collar antimarcas encima; y esto le llenaba de ira.

Retiró su boca de el cuello del Uzumaki y lo vió directamente a los ojos, acercó su rostro al de este en busca de un ligero beso, pero como era de esperarse, Naruto se negó.

─No sé si es que no lo sabes, o te niegas a aceptarlo pero... Me perteneces ─susurró el Uchiha antes de desaparecer en una bomba de humo.

Naruto se estremeció al oír aquello, y decidió que tal vez ya era hora de hablar con un adulto sobre eso, pero visualizó a Sakura en el otro lado de la calle con Ino y se le olvidó.


Su alma volvió a sí al ver que el Alfa se agachó sólo lo suficiente como para recoger las cobijas que el previamente había lanzado a el suelo en su desespero; e irse directo al baño, arrastrando la sábana consigo

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Su alma volvió a sí al ver que el Alfa se agachó sólo lo suficiente como para recoger las cobijas que el previamente había lanzado a el suelo en su desespero; e irse directo al baño, arrastrando la sábana consigo.

Llevó una de sus manos a su pecho y suspiró con pesadez. Eso estuvo cerca, demasiado, y Como si la vida jugara en su contra, se ahogó con su propia saliva.
No podía toser, el sonido haría que el Alfa lo encontrara inmediatamente; así que optó por retirar la pinza de su nariz en busca de aire. El fuerte aroma a macho no tardó en llegar, era tan fuerte, tan varonil que lo orilló a cerrar con fuerza sus muslos, en un fallido intento de detener la humedad que allí crecía. El calor aumentaba rápidamente en su cuerpo, señal de que los supresores ya no tenían efecto, pero esto no le asustó.

Los supresores casi nunca le fueron de gran ayuda, desde pequeño se acostumbró a pasar su celo aliviandose.
Bajo la cama el espacio era limitado, soltó el cuchillo algo perdido y su sensible nariz sintió la presencia del Alfa cerca. Esto se le hizo extraño, debido a que el Alfa aún seguía encerrado en el baño; por lo que su mirada viajó a una de las esquinas de la cama y vió como ahí estaba tirado el bóxer de el desconocido.

Sus fosas nasales picaron un poco, el bóxer estaba impregnado con el aroma de aquel desconocido, y por un momento dejó de pensar.
Tomó el bóxer y se lo llevó a la cara, aspirando con fuerza el olor que allí había y empezó a temblar, necesitaba a un Alfa, necesitaba a Sasuke.

El tiempo pasaba lentamente, mientras que el calor en su entrepierna aumentaba rápidamente y quiso salir. El collar anti-marcas le picaba, dificultaba un poco su respiración y sentía que le hacía ver ridículo, así que llevó sus temblorosas manos al cuello y se lo quitó.

El bóxer aún yacía sobre su rostro, el olor de este era agobiante, fuerte; su instinto le pedía que saliera a aparearse, que de dejara de juegos y se revocara con aquél que había irrumpido en su cabaña sin pensar en nada más

Pensó en buscar soporte en Kurama, tal vez el zorro podría brindarle una solución; pero recordó que su conexión con este se rompía en su época de celo, aprovechando el hecho de estar boca abajo ahí en su escondite, empezó a mover sus caderas, buscando un poco de estimulación, aún siendo consciente de que eso no haría más que hacer que su deseo y sus ganas de salir crecieran aún más

Se restregó con más velocidad contra el suelo, su pene dolía horrible. Cerró los ojos mordiendo sus labios al encontrar el ritmo perfecto para él. El sol se había ocultado; y los bombillos de la cabaña ya habían sido encendidos, de nueva cuenta se preguntó ¿por qué el Alfa no hablaba ¿por que no ha usado su voz de mando en el? Sí tanto quería atraparlo, con su voz ya lo habría hecho.

─¡Ahh! ─gritó cuando el rose con el suelo fue demasiado intenso y rápidamente se cubrió la boca. Juraría que su grito se oyó en todo el bosque, ¡Ahora si que estaba perdido!, La puerta del baño fue azotada contra la pared y de inmediato las pesadas pisadas de el Alfa de dirigieron a la cama.

Con la mano aún sobre sus labios, dejó se respirar, confiando en que así no lo en que de ese modo no lo encontrarían.

Cerró los ojos asustado, rezando para que no lo hallaran. Luego de unos segundos abrió sus ojos y se calmó un poco al no ver los pies de el Alfa frente a el; y se permitió suspirar

Se dijo a si mismo que cuando saliera de esa, comería ramen hasta estallar.

Pero su corazón estalló de nuevo al sentir unas ásperas y frías manos tomar sus tobillos y tirar de ellos.

Ya lo encontraron, de esta no saldría virgen.


Ya

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Ya

Alfa Al Acecho: SasuNaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora