Si, aún seguía en blanco esperando despertar de esta terrible pesadilla, aunque tristemente era la realidad, solo veía como estaban tratando de romper la puerta los hombres de negro, y yo sin pensamiento alguno, solo en blanco.
Reaccione hasta que la chapa de la puerta cayó y fue cuando decidí saltar al instante, sin pensarlo dos veces.
Como no sabía volar aún caí al suelo, no sufrí alguna fractura, afortunadamente la segunda planta de la casa no estaba tan alta. Ahí fue cuando decidí correr al bosque que estaba enfrente de mi casa, ya que ahí podía perder de vista a los hombres de negro al igual que ellos a mi.
Corrí, corrí y corrí, lo único que decía en mi cabeza era
-¡Corre y no volees hacia atrás!
No pensaba en nada más, solo en eso.Empezaba a cansarme, hasta que a lo lejos vi la cochera de una casa abierta, y sin saber quién eran los dueños decidí entrar; era mi única alternativa a menos de que siguiera corriendo sin rumbo alguno hasta que probablemente me alcanzaran.
Al entrar y ya no saber más de los hombres de negro, me relaje un poco y suspire sacando un poco de mi preocupación, me puse algunas vendas en la espalda de nuevo que había guardado en los bolsillos de mis jeans pues si me alguien me veía con las alas llamaría muchísimo la atención y traería más problemas de los que ya tenia
Después de un rato de estar ahí intentaba hacerme un pequeño hueco entre las mil cajas que habían al lado de mi pero el hijo de los dueños de la casa se dio cuenta de mi presencia ya que al cerrar la cochera en donde entre me miró con confusión y curiosidad a la vez, sin saber que hacer.
Carraspeó y dijo con voz grave
-¿Quien eres y que haces aquí?
-No grites, solo necesito ayuda, es todo. Dije con voz cansada.-¿Que pasó, estas bien?. Dijo el.
Yo sin saber si contarle la verdad, solo le dije.
-Emm... si, solo quiero descansar un poco ocurrió un problema y no supe más que hacer, solo correr, y encontré la cochera abierta de tu casa y decidí entrar para aunque sea dormir un poco.-¿Y de que huías?. Dijo el dudosamente.
-Luego te diré, no es algo grave. Dije aparentando seguridad.Y decidí pregúntale si me podía quedar ahí. Y el muy amable me respondió.
-¡claro que si!, te puedes dormir en el basement que tenemos, solo que no se enteren mis padres que te deje entrar, ya que me pueden regañar por dejar entrar a una desconocida.
-Jajajaja, claro que si, no te preocupes por eso. Dije riéndome.Al bajar cuidadosamente e instalarme para dormir, decidí presentarme con el y agradecerle ya que era lo único bueno que había pasado en ese entonces.
-¡Muchas gracias!. le dije.
-¡De nada!, soy Dylan por cierto. Me dijo con voz amistosa
-Y yo Cleopatra aunque todos me dicen Cleo.
-¡Mucho gusto Cleo!
-¡Igual Dylan!. Dije con voz entusiasmadaDespués de un rato de a ver conversado con Dylan y a verme dado cuenta muchas cosas en común como los gustos y hasta la edad, bueno es unos meses mayor que yo ya que el tiene 16 y yo 15 pero es casi lo mismo, empecé a tenerle algo de confianza en ese pequeño momento que estuve con el, ya que era una persona que me pudo entender en varias facultades que había tenido anteriormente y a verme hecho olvidar todo lo que acababa de suceder algo que muy raramente pasa, decidimos irnos a dormir ya que era muy noche y teníamos que descansar y más yo por todo lo que sucedió.
Aunque toda la noche no pude dormir, muchas preguntas rondaban en mi cabeza, no podía dejar de pensar en lo que había pasado con mis padres algo que hizo que rompiera en llanto, ya no sabía que más hacer, y sobre todo me preguntaba
-¿En que me había convertido?
-¿Seré algún tipo de amenaza para la humanidad?
-¿Porque me seguían esos hombres de negro?
-¿Que querían de mi?
-¿PORQUE MATARON A MIS PADRES?
Me cuestionaba con lágrimas en los ojos.No me quedaré con la duda dije en mi cabeza una y otra vez.
~continuará~
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Oscuridad entre mis alas
FantasyLa gente creía que solo había ángeles en el cielo... Hasta que conocieron a Cleo.