Capitulo II

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El mazo.

Morgan miraba la puerta con anhelo, no había escuchado que dicho hombre la cerrara con llave, quizá pudiera salir rápidamente de ese sitio, encontrar el camino que la llevaría a su libertad, pero, qué sucedería si la encontraban ¿la matarían?

Se armó de valor y se levantó de aquel mugroso colchón, sus piernas temblaban, pero aun así se mantuvo firme, camino hasta la pequeña ventana que estaba cubierta de barrotes, la luna la saludaba desde lo alto del cielo, en todo su esplendor.

Sacudió barrote por barrote, esperando que alguno estuviera suelto, y así fue, el ultimo barrote estaba tan suelto que con tan solo un toque se quedó en sus manos.

Se dio la vuelta y respiro profundamente, cerro sus ojos y se mentalizo para matar por su vida, saldría de ahí a como diera lugar, y no la detendrían, lucharía, ya la habían encerrado una vez, no lo harían 2 veces.

Camino a paso lento pero firme hacia la puerta, sus dedos temblaban, sin embargo, su corazón se sentía valiente, tomo la manija con la mano que le quedaba libre y lentamente la giro.

Con un leve crujido la puerta se abrió para ella, una sonrisa se posó en sus labios, pero no era momento de cantar victoria, esa sería la parte más fácil del plan.

Poco a poco saco su cabeza para observar su alrededor, las paredes eran oscuras y sucias, el suelo aun como el de su habitación era solo tierra, se veía como si fuese una estructura provisional, los pasillos eran angostos y largos, una visión terrorífica para una mujer que no había conocido nada del mundo hasta ahora.

Lentamente salió de aquella habitación, sujeto con fuerza el improvisado mazo y camino lentamente por dicho pasillo, los gritos que se escuchaban a través de cada puerta la estremecían.

- ¡NO ME TOQUES! –

- ¡ME DUELE, NO POR FAVOR!

- ¿QUE VAS A HACERME? ¡NO, ALEJATE DE MI!

Cada grito venia de una femenina y desgarrada voz.

El pasillo parecía no tener fin, pero luego de unos minutos de estar en guardia apareció una bifurcación, del lado derecho había unas escaleras que la llevarían a algún sitio en la parte superior de "La colmena" y las escaleras del lado izquierdo la harían descender.

Morgan no sabía a donde ir, no tenía ni la menor idea de en qué piso estaba y que escaleras le favorecían más, así que lo hecho a la suerte, puso en el suelo el mazo y lo giro, a donde apuntara la parte superior de este seria a donde iría. El mazo apunto a las escaleras del lado derecho, tomo el mazo y empezó a ascender.

Lentamente la estructura cambiaba, las puertas que contenían a las mujeres eran más lujosas, el piso era de un blanco impecable al igual que las paredes, los gritos se quedaron atrás, pero eso no la tranquilizaba.

El pasillo reflejaba tanto silencio que para Morgan fue fácil escuchar los pasos que se acercaban, aferro su mazo y se dispuso a encontrar un escondite rápidamente, una pequeña mesa con la parte frontal cubierta le serviría, nadie la descubriría.

- Te digo que es preciosa Ezequiel, harás una buena compra, es pura, Brian llevara al doctor para verificarlo.

- Más te vale Jasón, pague una fortuna por esa perra, necesito un maldito juguete nuevo.

- ¿Me dejaras tocarla? Me muero por probarla –

- El tiempo lo dirá, mientras tanto quiero verla-

Morgan no tuvo tiempo alguno de asimilar la conversación, unos enormes brazos la tomaron bruscamente por la cintura sacándola de su escondite.

- Parece que he encontrado a una linda gatita-

El pasillo estaba desierto, tal parece que los hombres habían entrado a una habitación antes de que el desconocido la encontrara.

- Por tus ropas este no es tu lugar –

Su cara era amable y el agarre con el que la tenía sujeta no la lastimaba. Sin embargo, Morgan blandió su improvisado mazo tratando de golpearlo.

- Ni lo pienses, si haces ruido y ellos te encuentran te van a matar –

¿Y él no quería matarla? Al parecer el desconocido percibió su confusión.

- No quiero hacerte daño, puedes llamarme Z –

Le dio una amplia sonrisa que pretendía ser tranquilizadora, aunque en realidad todo lo que hacía era inquietarla aún más.

- Voy a frustrar tu intento de escape preciosa, eres una carga preciada y si te encuentran por los pasillos van a matarte –

Z la acuno en sus brazos y le quito el mazo, no hablaron más durante el camino hasta su celda. Morgan se sentía completamente frustrada ¿Por qué se dejaba mangonear de este otro desconocido?

- Escúchame bien preciosa, este sitio no es para nada seguro, y no estoy en contra de que escapes, al contrario, me gustaría quemar este maldito lugar con mis propias manos, pero hay cosas que debes saber para que no deambules como tonta por estos pasillos –

Ella lo miraba expectante ¿esa enorme masa de músculos quería ayudarla?

- Estas en la colmena, si no logras ubicarte te perderás, arriba es abajo, abajo es arriba, el norte el sur y el sur el norte, y este no es l piso más peligroso de este sitio –

Morgan parpadeaba sin saber qué hacer, necesitaba un maldito mapa para poder salir de ese endemoniado lugar.

- Subiste al piso de las reuniones, allí se subastan a las chicas, tu eres especial porque pareces una niña, hubo una subasta enorme por tu culo y pagaron demasiado dinero por ti preciosa –

La mirada en los ojos de Z se suavizo, la miraba con anhelo y tristeza.

- Te ayudare a salir de aquí antes de que finalice el trato, pero debes ser paciente, el trato se finalizara una vez subas de peso, eres demasiado delgada y quizá no aguantes el ajetreo, eso podría salvarte la vida –

Morgan estaba confusa, toda su vida había sido delgada, desde que su madre la adopto.

- Te traeré comida, y daré indicaciones a lo largo de los días, memorízalas, porque tengo un plan para salir de aquí, haz lo que te digan si no quieres morir ¿entiendes? –

Asintió rápidamente, algo en él, la hacía confiar, y esperaba que no la decepcionara.

Asintió rápidamente, algo en él, la hacía confiar, y esperaba que no la decepcionara

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