A pesar de su nerviosismo comenzó andar hacia la salida de la torre con pasos decididos, se cruzo con un par de sus damas, pero no le impidieron seguir andando, mas bien no parecían siquiera haberla visto, en la puerta le pidió a un guardia que la dejara salir abriendo la gigantesca puerta, este no hizo caso omiso y enseguida comenzó a tirar de la cadena y la puerta comenzó a levantarse dejando ver por primera vez para la princesa aquel verde jardín, repleto de árboles frutales y las más bellas flores. Apenas puso un pie fuera y el cielo comenzó a llenarse de nubes pero ni siquiera aquello le quitaba la belleza aquel paisaje.
Con su mirada comenzó a buscar al hombre que era la razón de que ella hubiera salido no tardo en encontrarlo el seguía levantando uno de sus brazos invitándola a acercarse, apenas lo tuvo enfrente y sintió como su pecho se hacía pequeño y los latidos de su corazón le retumbaban en los oídos.
Él tomo su mano y como si pudiera darse cuenta de lo que ella estaba sintiendo, trato de tranquilizarla, ella sintió alivio su suave toque le daba pequeñas descargas eléctricas que le ayudaban a mantenerse en pie.
Le dijo que su nombre era Félix y que había seguido un canto hermoso que lo llevo hacia su torre, eso había pasado mucho antes de que Gisly notara su presencia en los jardines y que la observaba desde la lejanía sin poder explicarse el por qué de sus acciones. Confesó ser el príncipe Félix Helge.
Gisly conocía quien era Félix Helge, lo había leído y estudiado, hace unos años en un reino bastante lejano de Naylea una horrible guerra tuvo comienzo; los centauros de los bosques lejanos habían atacado, apoderándose así del reino, habían asesinado a toda la familia real y saqueado toda la riqueza, aquel lugar no era más que un lugar fantasma; en ruinas.
Era por eso que aquello que ese hombre le decía no podía ser real, él no podía ser un Helge.Sin embargo él la convenció de lo contrario explicándole que fue el único que logro huir, los centauros habían confundido a su primo y asesinado en su lugar, y cuando él se dio cuenta de esto huyo lo más lejos que pudo.
Así pasaron días completos en los que ella salía al jardín para encontrarse, hablaban de todo; de la familia de Félix y como, había cambiado su vida después de la guerra y se había quedado solo.
Gisly no se había dado cuenta que desde el primer día que salió de la torre el sol no volvió a salir, no era la temporada de lluvias y jamás se nublaba en otras épocas del año pero eso no tenía importancia para Gisly, para ella nada era gris ni oscuro, menos cuando veía los ojos de Félix, verdes como el jardín más bello y en el centro dorados como el sol.
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FÉLIX el príncipe caído
FantasyGisly es una princesa destinada a gobernar Naylea el reino con las más bellas creaturas mágicas, grandes jardines y fantásticos paisajes, sin embargo su camino se torna gris cuando decide emprender la más peligrosa de las aventuras, persiguiendo el...