𝑀𝒶𝓇𝓀𝒾𝓉𝑜𝓈 𝒯𝑜𝓎𝓈 | 𝐿𝑜𝓋𝑒 𝑜𝓃 𝓉𝒽𝑒 𝒷𝓇𝒶𝒾𝓃

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Amor... jodida forma de llamar a la tristeza, ¿no creen?.

Mi relación con Eduardo fue deteriorándose conforme su fama iba subiendo, si bien los celos y las peleas aumentaban, yo intentaba mantenernos en el mismo bote y seguir remando para que la marea no nos llevará consigo. Habían pasado 3 meses en los cuales mi vida se basaba en mendigar amor de él que se suponía era mi vida completa, pero eso es lo qué pasa cuando pones tus expectativas demasiadas altas en alguien que no lo vale.

Lo amaba tanto que me era imposible pensar en una posible ruptura entre nosotros y es que, cuando la gente te dice que esa persona no es para ti, te niegas a querer pensar eso porque cuando piensas en su sonrisa, o los hoyuelos que se le hacen en las mejillas, en sus ojos, en sus brazos y la forma en la que te habla, todo parece no concordar con lo que escuchas porque, ¿cómo es posible que este monumento, ese ángel caído, mi obra de arte robada sea capaz de arrancarme el corazón y disfrutar del sufrimiento que esto provoca?.

- Hey esperancita, todo bien?.- murmuro Vitolias a un lado de mi haciéndome regresar a la tierra y a la fiesta en la que estábamos

- Si sí, andaba pensando en toda la tarea que tengo que hacer.- sonreí para tranquilizarlo, la verdad es que me sentía horrible pero Eduardo me había pedido que lo acompañara y si eso me quitaba una pelea encima, lo haría sin que me lo pidiera

- Si quieres Chiquete y yo te podemos ir a dejar a tu casa, porque quien sabe en dónde se metió Marco.- me miro preocupado y yo busque con la mirada a mi novio a quien no veía por ninguna parte, aunque su carro si se encontraba en el estacionamiento

- No te preocupes, lo buscaré y le pediré que me lleve.- me levante y tome mi bolsa para buscar a Eduardo

Subí al segundo piso del recinto ya que en el de abajo no lo encontré, una vez arriba escuche ruidos en el baño y por instinto pensé en Eduardo ya que siempre que se ponía al full vomitaba. Abrí la puerta y deseé con todas mis fuerzas evaporarme de la tierra.

Ahí se encontraba Marco con Itzel, quien era amiga cercana a nosotros; al verme se detuvo y se alejó de ella con rapidez, yo salí de ahí corriendo y baje las escaleras dirigiéndome al estacionamiento, no quería molestar a Chiquete ni a Vitolias así que, preferí caminar para poder evitar las tajantes preguntas de mis mejores amigos.

No podía dejar de llorar, sentía como mi corazón dejaba de palpitar a lo que me detuve para poder tomar aire.

- Estás bien? Valentina, todo bien?.- escuche la voz de Fidel, primo de Eduardo...llegó como un milagro a mi vida

No dije nada y me lancé a sus brazos, lo único que quería era que alguien me abrazará en estos momentos.

- Te llevaré por algo para que te relajes, ¿te parece?.- tomó con delicadeza mi rostro entre sus manos y me miro, me sentí tan débil al verlo a los ojos...Mi novio nunca se había preocupado así por mi

Asentí con la cabeza y me subí a su auto sin decir nada, me recargue en la ventana e intenté despejar mi mente de todo lo que había pasado con Marco y sin poderlo evitar, me solté a llorar pensando en lo que había visto hoy.... tal vez era el rezago de todo lo que nunca solté pero, hoy sería el día en el que muchas cosas cambiarían.

- Salí lo más rápido que pude de la fiesta al verte en ese estado, me preocupe demasiado por ti e intuí que no querías preocupar a los demás por lo que me fui sin decir nada.- sonrío dándome paz, parecía como si me conociese de siempre y eso que sólo lo había visto un par de veces

𝕃𝕠𝕤 𝕋𝕠𝕪𝕤 | 𝓞𝓢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora