Las hijas de Inuyasha

Epílogo:

Era una noche en el cual la luna estaba en cuarto menguante, cualquiera diría que sería una noche totalmente tranquila y pacífica peor n sería así, en una aldea ocurría una masacre, un demonio con forma de araña de dos cabezas que escupía acido por su boca estaba destruyendo todo a su paso, sin importar que fueran niños o ancianos.

- mamá ! Mamá !- se podía escuchar el llanto de una niña de aproximadamente cinco años de edad pérdida entre tanto alboroto buscando a su madre.

-Mina! - en una esquina entre la multitud se podía ver a una mujer quien parecía ser la madre de la niña abrazada de su esposo.

- Mamá ! - grito de felicidad la niña al ver a su madre, corrió asia ella pero el demonio la vio y preparo una se sus patas para matar a la niña.

-noooo! -gritaron ambos padres pensando que no verían más a su hija pero solo vieron como la pata de aquel demonio era cortada.

-garras de acero! - una extraña de cabello plateado hasta por debajo de los glúteos apareció de la nada, tenía un aspecto peculiar pues destacaban de ella dos orejas de perro. -vete de aquí! - le gritó sin ver a la niña.

-que es esto?- pregunto incrédulo aquel demonio - una medio demonio? No, es un cuarto demonio  jajajjaja que patético.

Solo se logró ver cómo en cuestión de segundos tres patas del demonio fueron cortadas por aquella chica de kimono rojo.

-nadie me llama cuarto demonio y vive para contarlo..así que has elegido la muerte..no te preocupes será dolorosa y placentera - dijo con una sonrisa sádica aquella chica, cosa que causó que aquel demonio se estremesiera del miedo.

La chica comenzó con sus garras a cortar una por una las patas del demonio, una cabeza miraba por un lado la forma de detenerlaientras que la otra trataba de lograr que el cuerpo se regenerara pero era imposible la chica era muy rápida hasta que solo tenía el demonio tres patas, en eso ella sacó una katana que desprendía un aura azul.

-te dejaría decir tus últimas palabras..pero no va conmigo ¡Ataque del aire! - una gran ráfaga de aire salió de la catana la cuál corto no solo ambas cabezas sinó también el cuerpo a la mitad, dejando a los aldeanos sin palabras.

Mientras todo eso sucedia había más de ellos ayudando a los aldeanos y poniéndolos a salvo así como apagando el fuego.

El padre de la niña se acercó con la finalidad de agradecerle .

-muchas gracias por..-fue interrumpido ya que la chica que estaba de espaldas solo se limito o a ponerle la katana cerca del cuello.

-ni se le ocurra decir una palabra que hoy estoy de buen humor que no quiero limpiar mi katana de sangre humana ¿Quedó claro?- dijo con voz amenazante de la forma más fría posible , el aldeano no sabía si moverse o decir algo.

En eso otra chica de cabello plateado con aspecto similar se acercó al ver la situación y apunto con su arco a la otra , esta chica tenía un traje muy parecido a las sacerdotisas y ella emanaba un aire más tranquilo.

-ya basta Narue! Ya terminaste con tu parte deja a los aldeanos en paz.- apesar de que ella trataba de sonar firme había una gran diferencia de la otra y era que la que apuntaba con el arco tenía una voz muy dulce.

- tú no me dices que hacer Izayoi! Pero solo porque me repugna la sangre humana lo dejaré está vez, adiós - sin más la chica guardo su katana y se fue corriendo hasta perderla de vista.

- le pido una sincera disculpa por mi hermana, encerio por favor perdonen ¿Se encuentra bien?- decía con una voz sincera y dulce la chica de traje tipo sacerdotisa de color azul.

- si estoy bien, gracias..

-no se preocupe por el resto de la aldea los demás nos hemos encargado del fuego y de poner a todos a salvo. - dijo señalando a todos sus acompañantes.

-descuide todos también fueron atendidos de sus heridas gracias a Izayoi, yo soy Kohaku el jefe de exterminadores de demonios, si alguna vez están en problemas vendremos sin dudar.- dijo un adulto ya de más de 30 años al aldeano.

- si muchas gracias

- hasta luego- sin más todos los que los acompañaban salieron de aquel lugar unos encima de Kira pero las medio demonio y la hermana de la que había sido muy descortés hiban corriendo, tardaron un poco pero llegaron a la aldea donde vivían actualmente .

No tardaron mucho en llegar a la casa donde todos vivían la cuál tenía suficiente espacio para todos. Al entrar por la puerta fueron recibidos por sus seres queridos.

- chicos! Que bueno que están bien- dijo Sango abrazando a sus tres hijos.

- estamos bien madre , no es necesario que te preocupes tus hijos aprendimos de los mejores- dijo con orgullo la mayor de las gemelas.

- tiene razón Kira amor, les hemos enseñado bien ya saben defenderse .

- si pero también son tus hijos así que siempre me preocuparé - aquello solo causó una risa me los tres hermanos pues no era un secreto que lastimosamente una de las chicas había sacado más genes de su padre y el menor era un poco torpe.

-llegamos! - anuncio Kohaku quien fue recibido por una mujer de cabello castaño y ojos azules muy hermosa ante los ojos de cualquier hombre. Pero su corazón solo se lo había ganado Kohaku.

- que bueno que estás bien....te extrañe tanto- ante eso solo se limitaron a besarse, cosa que incómodo un poco a los demás presentes

-ejemp! Si quieren pueden ir a su casa para más privacidad - bromeó aquel monje que de inmediato recibió un golpe de su esposa. Ya que la pareja de casados tenían una casa aparte.

Ante el comentario la pareja solo se sonrojo. Después las otras dos chicas que quedaban entraron. Setsuna por su parte no era muy afectiva por lo que era de esperarse que solo se limitará a sentarse , mientras que Izayoi abrazo a todos.

En eso la puerta se abrió de golpe déjanos ver a la menor de las hermanas de cabello plateado

- vaya, y yo que pensé que tardarían más..en fin de seguro fue porque se me ocurrió destrozar árboles a mi paso- dijo sin más y comenzó a subir a su cuarto pero fue detenida por su hermana.

-Narue ya te he dicho que eres muy irrespetuosa, no debiste amenazar a aquel aldeano -le dijo Izayoi

- yo no tengo la culpa de que el muy idiota me moleste- dijo al grado de casi explotar la chica.

-Cuida tus palabras jovencita soy tu hermana mayor

- y? Yo no recibo órdenes desde hace mucho- comenzó a subir las escaleras ignorando a todos y dejándolos sin hablas solo dando la espalda a su hermana.

- ¿Esto es lo que nuestros padres hubieran querido de ti?- pregunto con algo de melancolía la mayor.

Esto ocasiono que la menor solo parara en seco.