One Shots ShinKami

Doméstico/Cotidiano

El olor a café despertó a uno de nuestros protagonistas, frotó suavemente sus ojos mientras se sentaba sobre el suave colchón en el que se mantuvo despierto buena parte de la noche debido a su prometido. Sonrió al recordarlo mientras un sonrojo imperceptible se arrebolaba en sus mejillas blancas; de un pequeño salto se levantó y se dirigió hacia el lugar de donde provenía el delicioso aroma.

­-Tu cereal con leche está listo, Denki. -dijo el de hebras moradas y alborotadas al sentir la presencia del rubio entrando a la cocina.

-¿Cereal antes que leche? ¿Mitad esponjoso, mitad crujiente? -preguntó con una sonrisa en su rostro mientras se acercaba a la mesa para comprobar el tazón rebosante de su desayuno favorito. Si, a pesar de la edad que ambos compartían, el de mechón negro en forma de rayo aún disfrutaba de un buen tazón de cereales con leche caliente.

-Kami, llevamos 5 años en una relación amorosa y 1 viviendo juntos, creo que sé cómo te gusta el cereal y otras cosas más. -mencionó en un suspiro su prometido mientras daba un último sorbo a la bebida humeante.

Shinsou dio vuelta junto a la taza de café que sostenía, dio pasos lentos al rubio y sostuvo su rostro con su mano libre, disfrutó la pequeña sonrisa que el contrario le brindó antes de compartir un suave beso con sabor al líquido caliente que servía en ese momento para mantenerlo cálido.

-Y el día recién inicia, Toshi -murmura el más bajo luego de separarse de los labios del pelimorado y procedía a desayunar.

Cada mañana era lo mismo, Shinsou se levantaba mucho antes que Kaminari, se daba unos minutos para apreciar al rubio que dormía plácidamente en el lecho blanco porque nunca tendría suficiente de él en su mente. Luego de esos momentos, salía de ese estado e iba a la cocina para preparar el desayuno de su prometido y disfrutar de la bebida caliente que le otorgaba calma antes de que el rubio despertara y arrasara con todo, porque con él todo era impredecible, espontáneo, improvisado y no se arrepentía del cambio de rutina que tuvo su vida luego de conocerlo. Veía el sol más brillante porque lo tenía al lado, aunque en ese momento se encontraba comiendo de forma desgarbada su cereal mientras rascaba suavemente su vientre; si, era lo mejor de sus días.