El día que se tiñó el cabello

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Tweek no siempre fue una persona destacable. Mas allá de sus constantes tics, sus exageradas paranoias y sus comentarios pesimistas no había nada que destacara en aquel chico, ni siquiera su apariencia. 

Las personas opinaban del castaño muchas cosas, como el hecho de que era alguien raro, socialmente torpe y solitario o simplemente que estaba loco.

Pero realmente nunca le importó.

¿Porque?

Porque había alguien que lo quería tal cual era.

Claro que las palabras de la gente lo herían, no era de piedra y eso se demostraba cada vez que jalaba su cabello liso y largo que le tapaba parte de su cara. Pero todas esas palabras se convertían en espuma cada vez que su novio Pete le recordaba que todos ellos eran solo conformistas de mierda y él era un rarito que al menos se preocupaba por no dejarse llevar por la sociedad, ¡incluso le decía que era un anti-sistemas! aunque en realidad... nunca le gustaba desafiar la autoridad.

Pero toda esa seguridad cambió un día cuando de sorpresa lo fue a visitar a su casa con un tablero de la ouija nuevo como regalo de aniversario, aun no podía creer que llevaran un año de parejas, incluso pensaba que podía llegar a ser el amor de su vida.

Hasta que lo vio.

En su cama de sabanas negras y solo siendo iluminados por velas rojas sangre, vio a su novio junto con Mike, otro de sus amigos góticos.

—¿P-pete? ¿Porque...?—Las lagrimas comenzaban a bajar sin permiso, se sentía dolido al ver como en esa misma cama donde muchas veces la pasó con él, ahora se encontraba con alguien a quien se suponía era solo su mejor amigo.

—Tweek—El chico se alarmó y rápidamente se puso unos calzoncillos con calaveras—Tweek no quería que te enteraras así...

—¿Y se supone que eso debería hacerme sentir mejor?—Preguntó con un semblante entre triste y enojado... sobre todo herido. Pete solo suspiró.

—Escucha—Intentó poner una mano en su hombro pero no le dejó—Tweek, desde hace un tiempo he dejado de sentir lo mismo por ti, me di cuenta de que no eras mi tipo. Lo siento.—Se sinceró mientras que el chico de la cama solo sacaba un cigarrillo y fumaba con cara despreocupada. Según él no era su problema.

—¿A que te refieres con que no soy tu tipo?—Su voz sonaba mas aguda de lo normal, le empezó a doler la garganta.

—Mira, lo siento, pero me di cuenta que eres demasiado conformista para mi gusto. Ambos sabemos que tenemos formas de pensar diferentes, pensé que tal vez podía ayudarte un poco a pasarte al lado oscuro pero parece que solo te quedas ahí... en la nada. Nunca vas a cambiar Tweek y a estas altura no me importa si lo haces—El castaño miró por ultima vez a ambos chicos en la habitación para luego salir de la casa dejando en un basurero el regalo. Luego se encendió en un callejón a llorar.

Pensó en todos los momentos en que el chico le decía que él era perfecto tal y como era su personalidad, se sintió engañado en mas de una forma. Pero a pesar de su tristeza había un sentimiento que predominaba, el enojo, pero no solo el enojo a su ahora ex pareja sino al mundo entero, sentía que de alguna manera el mundo lo rechazaba, siempre había sido así.

Entonces, ¿porque no darles lo que tanto querían?

Es así como con esa nuevo pensamiento fue hacia una farmacia y compró algo rápido. Caminó hacia su casa con pasos fuertes y decididos, sus lagrimas se secaron, ya no quería volver a llorar.

Llegó al baño de su casa, se miró al espejo observando la persona que veía, la persona sosa y sin potencial que el mundo veía, se iba a deshacer de él y el primer paso lo tenia entre sus manos. Tinte rubio. 

Miró el preparado, sintiéndose por primera vez nervioso de su decisión, ¿ y si solo se enfocaba a superar su ruptura como una persona normal?

No.

—Que se jodan todos—Se animo para luego comenzar a esparcir la mezcla en su cabello.

Es así como el siguiente día de clases llegó, todo apuntaba que ese día seria igual que siempre, pero nadie esperaba que tras esas puertas, en medio de un cambio de clases, cabe saltar, cierto chico llegaría azotando la puerta principal tras de sí, llamando la atención de todos no solo por el sonido, sino por que una melena desordenada, rubia platinada y que parecía ir en contra de la gravedad llegaría dispuesto a cambiar el pensamiento de muchas personas respecto a quien era él.

Sobre todo, de cierto pelinegro que no le podía quitar la mirada de encima.

...

Otra historia corta de mierda que me saco del orto solo porque estaba pensando algo bien vergas mientras escuchaba So What de Pink xD

Y si, aquí Tweek era naturalmente castaño claro y a parte su cabello era liso y caído. Pero ahora es el cabello re chingon que todos conocemos.

Fuck you all | CreekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora