El día en que empezó a fumar

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Tweek siempre había visto como los góticos fumaban, nunca quiso participar en ese tipo de cosas pues tenia miedo de que el aire se quedaran en sus pulmones y luego explotara. Ahora miraba en cigarrillo en su mano recién encendido, la parte con tabaco comenzaba a quemarse poco a poco dejando que el humo se encaminara hacia arriba en un hilillo danzante.

Entonces, dio una calada.

Su pecho ardió y sus ojos se pusieron llorosos mientras tocia, sintiendo como el humo junto con el horrible sabor se escapaban por sus fosas nasales. Eso sabia horrible, pero no paró.

Si iba a morir, que así fuera.

Ya nada le importaba.

Y tampoco es que él le importara a alguien. El día de ayer sus padres fueron llamados pero ninguno de ellos respondió, realmente estaba por su cuenta en ese momento, había dejado de ser importante para sus padres desde que descubrieron que podían usar ex-convictos en busca de hacer servicio comunitario como trabajadores gratuitos así que ya no lo necesitaban a él en ningún sentido.

Él era un estorbo.

Era un estorbo para sus padres, para sus compañeros y para su ex novio, por eso lo había dejado. No le importaba al mundo y el mundo le había empezado a no importar.

Pero entonces apareció Craig, recordaba cuando eran niños y siempre lo veía en dirección, siempre se metía en problemas o era el líder de las revueltas, por ello siempre le tuvo algo de miedo. Pero los años pasaron y el chico solo fue la sombra de lo que fue de niño, lo unico que quedaba de él era su habitual seña junto con impasible rostro, pero ahora solo era alguien calmado que odiaba meterse en problemas, que soñaba con ir al espacio, ver series de carreras y jugar con su mascota.

Era un jodido ñoño.

Pero por alguna razón que Tweek desconocía logró llamar su atención, cosa que maldecía realmente pues no estaba con ganas de meterse con nadie, por eso al ver esos ojos verdes llenos de admiración hacia su persona cuando caminaba a la dirección le fastidiaron como nunca, le mostró su dedo medio en busca que captara su nulo interés pero al parecer, esto solo lo acrecentó.

Y ahora estaba ahí, mirando como el chico del chullo caminaba hacia él como siempre sin expresión alguna, pero sus ojos delataban la sorpresa que tenia al verlo fumando.

—No sabia que fumabas—Comentó cuando estuvo cerca.

—Yo tampoco—Respondió mientras adsorbía el humo del cual su cuerpo ya se había acostumbrado a poseer para luego lanzarselo a la cara, pero eso no logró perturbarlo.

—¿Cuanto te pagaron para estar aquí?—Preguntó de repente.

—100 dolares pero me los gasté en la ropa que llevas puesta.—Bueno, al menos si era sincero.

—A parte de ñoño, estúpido—Negó con la cabeza decepcionado.

—Ya te dije que no soy ñoño y te lo voy a demostrar hoy—Sonaba seguro, Tweek levantó una ceja curioso de lo que se refería. Es así como ambos se encaminaron a las afueras de South Park donde había una enorme roca que les trajo varios recuerdos.

—¿Que mierda hacemos aquí?—Preguntó sin entender nada.

—Vamos revivir momentos hermosos de la infancia—Tomó una roca y se la lanzó al primer auto que vio para luego reír.

—Vaya, la ultima vez que los chicos hicimos esto fue cuando a todos nos interesó Bebe—Recordó.

—Si, pero si no recuerdo mal tu no llegaste a tirar ninguna, tenias miedo que el viento de pronto se hiciera fuerte y la roca volviera para matarte...

Fuck you all | CreekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora