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-¡¡Compren!! ¡¡Compren la fruta más sabrosa de todo Sarjjann!!-

Un hombre gordo vestido con harapos gritaba una y otra vez. Jungkook se detuvo para admirarlo, un beta de apenas 40 años sumido en la más profunda miseria.

-¡¡No te detengas escoria!!-

El pelinegro soltó un gruñido, sin embargo, continuó caminado.

Sus manos estaban atadas con una soga de la que se podría liberar con facilidad, no iba mucho mejor vestido que el comerciante de fruta, pero, su hermoso rostro y su cuerpo tonificado demostraban una grandeza inalcanzable para un simple beta.

-El rey se lo pasará en grande contigo-

El Jeon iba escoltado por dos guardias bastante más pequeños que él, ambos eran alfas defectuosos, poseían manchas imperfectas por toda la piel y sujetaban sus espadas con manos temblorosas, sin duda alguna le tenían un gran pavor.

-Un bastardo de Jeon Kwang, el rey nos dará una generosa recompensa después de esto-

No podía protestar, debía fingir ser un simple bastardo de su padre para pasar por las puertas del maravilloso palacio.

Los dientes del alfa puro sonaron con fuerza, su majestuosidad, su divinidad, siendo dejadas de lado para poder cumplir con su objetivo.

-¿¿Quién es esta... cosa??-

La gran obra de arte creada por su Tatarabuela, donde vivía la actual familia real, se erguía orgullosa burlándose de él al igual que ese simple y débil guardia.

-Un bastardo del antiguo gobernante, el rey Taehyung se lo pasará en grande con él-

Ya habían pasado 800 años desde la rebelión, Kim Taehyung, primogénito de Kim Hyun Ki, había sido coronado hace tan solo tres años por razones desconocidas.

-Adelante-

Los repugnantes deltas sonrieron entre ellos, Jungkook hizo una mueca al ver esas putrefactas sonrisas.

Caminaron por el largo pasillo de su antiguo hogar hasta llegar a la sala del trono.

-¡¡Arrodillate mierdecilla!!-

Uno de los guardias le dio una patada a su pierna derecha, un alfa puro no caería por eso, pero Jungkook debía dejar su orgullo de lado, la venganza era lo primordial en este momento.

-¿Qué tenemos aquí?-

El pelinegro no pudo mirar al propietaria de esa voz, era tan suave como la de una mujer y desprendía un aura de seguridad demasiado erótica.

-Es un bastardo de Jeon, mi señor. Pensé que le gustaría-

De repente, una maravillosa fragancia inundó las fosas nasales de Jungkook. Sintió como su cabeza le daba vueltas y sus ojos se tornaban del color de la sangre.

-No me podría dar más... Igual ¡¡Llevenlo a la cúpula como a los demás esclavos!!-

-P-P-Pero-

-¡Es una orden!-

El alfa puro consiguió calmar su cuerpo y levantar la cabeza. Ante él, había un dios rubio adornado con hilos de oro. Vestía únicamente una larga falda negra y sobre sus hombros posaba una serpiente albina.

-Espero que sepas luchar... Alfa-

Los deltas lo obligaron a levantarse y a caminar lo más lejos de la salida posible, cruzaron puertas, bajaron escaleras, pero Jungkook seguía sin reaccionar, solo cuando fue encerrado en una dejada habitación libre de manos y pies pudo sonreír cínicamente, ahora masacrar a los gamma sería mucho más divertido.

Hilos de Oro (KookV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora