Ciudad de Cuentos

Un libro para soñar

  Mis ojos enrojecidos y mis bostezos hacen obvia mi situación. No pasan seis minutos sin que los ojos se me cierren durante unos segundos o sin que bostece. ¿Qué por qué no me voy a dormir? Pues porque mi mente no me lo permite. Hace una hora creo, decidí irme a dormir, sin embargo, no importa como me pusiera o cuan blanda estuviera la almohada, mi mente no paraba de de preguntarse ¿qué sucedía luego? ¿Cómo terminaba? ¿Con qué otras historias me sorprendería?
Y aquí estamos nuevamente, yo en la silla y él sobre la mesa. A pesar de ser tan pequeño sabe transmitir muchas experiencias y sentimientos. Llegó a la casa de la mano  de mi hermana pequeña, ayer en la tarde. Ella me lo presentó, y me dijo que lo podía encontrar muy interesante. Si te soy sincero, nunca he prestado demasiada atención a amigos, animales, en fin, cualquier cosa que no tuviera que ver con videojuegos. Por suerte para mí eso cambió. Mi pequeño amigo me ha mostrado un sin fin de nuevas cosas que experimentar.
Y aquí sigo, sentado frente a la mesa, aunque ha ocurrido algo extraño. El pequeño ya no está aquí, en realidad ya no hay nada aparte de mí, la silla y la mesa. No entiendo que sucede, además de que todo está muy oscuro. Mi vista ya se acostumbró a la oscuridad, pero sigo sin ver a mi amigo. Parece que no tengo más remedio que caminar a ver si lo encuentro, aunque el cansancio la oscuridad y el miedo me lo harán muy difícil. ¿Qué tú no tienes miedo? Imagina que todo lo que te rodea desaparece de repente, hasta el más valiente se asustaría ¿no crees? Bueno, creo que ya todo da igual, en marcha.
Oye, esto si que es extraño, no me siento cansado y ya deben haber pasado cerca de diez minutos desde que empece a caminar. No es que me queje, pero esta situación de verdad asusta. Si tan solo tuviera una linterna me sentiría muy aliviado. Que viento más agradable. ¿Lo sientes? Supongo que no, eh, algo a chocado con mi pie, espera un segundo voy a ver qué es. ¡No te lo vas a creer, es una linterna! Vaya suerte la mía, ahora podré ver bien. Que raro todo esto, estoy en un túnel. ¿Cómo habré llegado aquí? ¿Quieres que siga caminando? ¿Por qué? Dices que curiosidad pero no pareces tener mucha seguridad en tus palabras. De todos modos no tengo nada más que hacer, seguiré caminando.
Ya ha debido pasar como una hora desde que comencé a caminar y a cada paso que doy me siento más animado, desde hace un rato puedo ver otra luz a lo lejos. Estuve pensando y creo que una vez salga de aquí necesitaré dinero, ya sabes, para comprar comida o pagar un coche hasta casa. Si consiguiera algo de dinero sería muy afortunado, aunque para eso debería esperar hasta salir de éste túnel. Hey, escucho ruidos metálicos a lo lejo. ¿Será lo qué estoy pensando? No puede ser, sería mucha casualidad. ¡Increíble! Justo lo que pensaba, son monedas. ¿Estaré en una especie de túnel de los deseos? Me pondré a recoger lo que pueda, te avisaré cuando salga del túnel finalmente. Tranquilízate, no pediré más nada a no ser que sea muy necesario, demasiada ambición nunca es buena.
Acabo de salir y esto es absolutamente impresionante. ¿Qué a ti no te impresiona? Pero si ni te lo he descrito. Todo aquí es raro, hasta tu actitud. El paisaje es totalmente fuera de lo común pero aún así es hermoso. Podría decir que estoy en una pardera, pero está cubierta de agua hasta la altura de mis tobillos  y entre las hierbas hay algunos corales pequeños y de distintos colores. Las nubes parecen estar formadas por diminutos cristales y llenan el cielo de arcoíris. Puedo ver una aldea en la que parece que está lloviendo, porque las personas se van tapando con hojas de árboles gigantescas. Debo ir allí, este lugar es fantástico y quiero saber donde me encuentro.
A la entrada de la aldea hay una niña pequeña haciéndome señales. ¿Qué  querrá? A medida que me voy acercando se me va pareciendo más a mi hermanita. Creo que me está llamando y por alguna razón el resto del mundo está desapareciendo.
-¡Hermano! ¡HERMANO!
Parece que me había quedado dormido. ¿De qué te ríes?
- Por fin despiertas. ¿Qué estabas soñando?
-¿Cómo sabes que estaba soñando?
- Porque también me hizo soñar, creo que sucede con todos. Después de todo, éste es un libro para disfrutar y soñar.
- Cierto, es muy interesante, me pregunto si todos los libros son así.
- Podemos averiguarlo, a partir de hoy leerás libros junto a mí y así podremos disfrutar las maravaillas que nos ofrecen.
- De acuerdo hermanita.
Oye tú. ¿Todavía estás aquí? Que bueno, debo decirte algo. Hace poco no lo hubiera imaginado, ni mucho menos creído. Pero que estés aquí solo significa algo. Tu no eres parte de mi imaginación, yo soy parte de la tuya. Eso quiere decir que solo existo aquí, sin embargo, quiero que mi existencia vaya más allá de este cuento, quiero que pienses en mí cada vez que leas, seré tu personaje en cualquier historia, pues soy tu imaginación, y esa es una de tus armas más poderosas.