Sujetando con fuerza las asas de su mochila amarilla Hikaru sonreía feliz, al fin estaría lejos de esa casa fría, estaba seguro que en esa casa del árbol podría sonreír tanto como su madre siempre le dijo.
Antes de cruzar la calle, vio a ambos lados, cuidadoso esperó hasta que ningún auto se viera en ambos lados de la calles, luego cruzó muy atento por si algún tonto aparecía de la nada, hizo lo mismo en las tres calles que tenía que cruzar, su sonrisa se agrandó al ver el parque comunitario, como aún era hora de almuerzo no había ningún niño cerca. Llegó a la casa del árbol y con ayuda de la escalera de sogas que colgaba de la entrada subió hasta ella, luego la haló hacia arriba para que ningún otro niño subiera a su refugio, de ahora en adelante ese era su territorio así que no dejaría que nadie subiera, excepto sus amigos.
Observó el lugar, efectivamente Daisuki había cumplido, dos cobijas gruesas estaban en una esquina de la casa, sonriente dejó su mochila en el piso de madera y acomodó las cobijas para hacer una cama. Sacó sus galletas y jugos de su mochila, aún no tenía hambre así que solo los acomodó en una pequeña mesa, agradecía a los dirigentes de su barrio, ya que recordaba que hace dos años entre todos construyeron esa casa para los niños.
<Cuando sea grande voy a construir un parque mucho más grande> Orgulloso veía el parque desde la ventana de la casa, hasta que recordó algo importante.
-El diario de mamá- Cerró la ventana para que nadie lo molestara, estaba a punto de leer por primera vez el diario que su madre escribió para él, desde antes de que naciera.
-Que bueno que Aizawa sensei nos enseñó a leer- agradecía a su viejo maestro, quien a pesar de su desgarbado aspecto, era un buen hombre que con paciencia les había enseñado a leer, él era uno de los mejores de su clase, por lo que fue uno de los primeros en aprender, aunque tenía una buena motivación, desde que supo de él, había querido leerlo.
Suspiró, para calmarse, y lo abrió, en la primera hoja leyó el título: "Para mi amado Hikaru"
Tuvo que respirar varias veces para no llorar, en vano, ya que extrañaba demasiado a su madre.
Con su antebrazo limpió rápidamente sus lágrimas, sorbió con la nariz, y suspiró, en la siguiente página había una fotografía de sus padres juntos, era extraño ver a su padre sonreír así.
<Desde que mamá enfermó... el viejo ya no sonrió>
Cambió de página, y comenzó a leer.
"Hola, si estas leyendo esto es porque ya eres un niño grande Hikaru"
-Sí mami, ya soy un niño ¡muy grande!- sentía que hablaba de nuevo con su madre.
"Te amo, aún estás en mi vientre, pronto te conoceré, así que para que sepas tu historia, comenzaré por contarte una historia de amor ¿Quieres saber cómo conocí a tu padre?"
-Iuugh no... bueno sí.
"Es una historia linda, nos conocimos en la prepa, tu padre era muy problemático y yo un omega tímido, pensando en ello, aún no sabemos si serás un alfa, beta u omega, pero eso no importa porque te amaré sin importar tu segundo género. Bueno regresando a la historia, como sabrás yo era un omega, un poco tímido, tu padre en cambio era un alfa bastante conocido en la preparatoria, no escribiré todo a detalle, pero espero que si eres alfa, no te comportes como él lo hizo en ese entonces. Hikaru, debes cuidar a los omegas, respetarlos y no ser agresivo con ellos ¿Entendido?"
-Sí mami, yo quiero mucho a Kiseki, es la mejor- Se tapó la boca con ambas manos, nunca diría eso frente a nadie, se calmó al ver que estaba solo en ese lugar así que continuó con su lectura.
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El diario de Mamá [Terminada]
FanfictionUna tarde de invierno, Hikaru Bakugo escapó de casa, el pequeño alfa de tan sólo 7 años de edad estaba harto de estar en esa casa fría y solitaria. Odia que su padre siempre esté trabajando, por ello en su mochila amarilla lleva únicamente un paquet...