Holaaaaa…!
Antes que nada… LO SIENTO!
En serio lo siento (;_;)
No pude entregar el capitulo ni el sábado ni el domingo por las fechas festivas. Tuve que ayudar a mi familia a organizar todo, salí de viaje, luego regrese el 26 pero tenía que entregar tarea para la maestría el 27 y ¡Aaaahhhh! –explota-
Si se los digo, es porque considero merecen una explicación… u_uEn fin, con respecto al capitulo, Aomine y Kise brillan por su ausencia, así que desde ahorita se los digo. xD
Pero como irán viendo, habrá capítulos que se enfoquen más en unas parejas que en otras.
Aun así Muchas gracias por sus lecturas, aunque no dejen comentarios, veo que hay personas que lo siguien, así que gracias por tomarse el tiempo para leer este intento de buena historia xD
y por las stars que les han ido otorgando!Les deseo un FELIZ AÑO NUEVO! Y que todo lo que se propongan para este 2015 lo vuelvan realidad…
Les mando muchos besos y abrazos… y espero que este año nuevo, podamos seguir compartiendo juntas nuevas historias…!
Que su vida este llena de bendiciones, mis mejores deseos para Uds. hoy y siempre! ^w^No me extiendo más…
Nos leemos al final ;3xxx
xxx
xxxEsta sentando frente él. No se dicen nada, ni una sola palabra.
La situación es extraña, incomoda. Habían sucedido muchas cosas y entre ellas, la lejanía, sobre todo por parte del gigantón.
No pudo evitarlo, por más que se esforzara, su mente revivía tristes recuerdos con tan solo ver su cara.
Y ahora lo tiene ahí, frente a él, sentando al otro lado de la mesa, también sin saber que hacer, que decir.
-Y… ¿Cómo has estado? –pregunto el peli-negro, no pudiéndose creer que después de tanto tiempo, fueran a coincidir en ese lugar. Desde hace dos años que abrió la cafetería, no había ido, ni se había asomado por el lugar; Y pensar que estuvo tan cerca de él todo este tiempo.
-Muy bien Muro-chin. – menciono como si nada, como si nunca hubiera tomado la decisión de alejarse de él, de ya no verlo, ni contestar sus llamadas.
Para el gigante de Yosen, ya todo era aguas pasadas.
-Q-Que Bueno… -se sentía extraño, eso se le notaba. –Vaya, no puedo creer que seas el famoso "Willy Wonka" del que tanto hablan.
-No me considero eso, simplemente me gustan los dulces Muro-chin… -dijo, con su voz infantil.
Aun recuerda lo sucedido, tanto en Teiko, como en Yosen.
Son heridas que se quedaron marcadas en su corazón. Que aunque ya no duelen, siguen ahí, recordándole esa sensación que desea olvidar.
Dos amores, no correspondidos.
La primera vez que se enamoró, fue de aquel peli-rojo, él que en un principio era jugador y luego de ciertos meses, termino siendo el capitán por decisión propia de Nijimura-senpai.
Cuando les dieron la noticia, se alegró (mostrando por fin, una emoción diferente al aburrimiento), ya que para ese entonces, debido a la convivencia, a la paciencia que le mostraba, y los cuidados a su salud debido a su excesiva ingesta de dulces, se terminó enamorando de él.
Porque sencillamente, para Atsushi, aquel chico bajo de piel blanca y encendido color rojo en sus cabellos, era una persona fascinante, interesante, siempre propio, elegante, refinado, y con un alto deseo de siempre probar sus labios, imaginándose el sabor que estos tendrían.
¿Dulces? ¿Cómo las cerezas?
¿Acidas? ¿Cómo las fresas?
O tal vez, picante. Porque su personalidad, aunque calmada, era realmente intensa.
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Segundas Oportunidades.
FanfictionEs verdad, la vida no es justa. Nunca ha sido justa. A veces te hace vivir momentos en los que realmente desearías desaparecer, dejar de sufrir y evitar cargar con la sombra de un pasado que te duele. Por que todo esto, no ha sido más que leccione...