Holaaaa preciosaaaaas!
LO SIENTO, LO SIENTO, LO SIENTO! –modo hongo disculpón(?)Me tarde dos semanas! Lo seeee! No tengo maye! D:
Pero es que ahhhh… esta semana lo iba a subir el día lunes… pero luego tuvo unos asuntos personales medios gachos que requerían de mi tiempo… así como mis deberes en la maestría.Tuve una semana pesada u_u no se los niego, pero ya estoy de vuelta! :D
Muchisisisisisisimas gracias por todos sus hermoso y bellos reviews que me motivan a seguir escribiendo esto para Uds!
Así que antes de extenderme más, solo les quiero dejar una pequeña advertencia… si no les gusta la violencia… lo siento D:
(aunque lo considero leve, lo menciono por que se que luego hay fans muy sensibles…)Pero yo les dije que había consumido drogas fuertes(?) para este nuevo fic! D:
Sin más… nos leemos al final…
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xxxEl reloj sobre la mesita de noche, marcan las cuatro de la mañana.
La cortina se mantiene cerrada, impidiendo que los postes de luz, iluminen la habitación que se encuentra en penumbras.
En la cama, a su lado, el mayor de ellos lo observa, preocupado.
Su respiración es agitada, casi puede sentir que pronto le hará falta.
Su cuerpo se tensa, a tal punto que sujeta con fuerzas las sabanas.
El sudor perla su frente, y una mueca de terror es formada en su rostro.
Miedo.
Es lo que Kagami puede ver en ella.
De un momento a otro, abre los ojos, pegando un grito que pondría nervioso y alterado a cualquiera, pero no a Taiga. Él, ya ha pasado por esto más de una vez.
Se levanta asustado, sus mejillas son bañadas por esas lagrimas que en sueño a comenzando a derramar, sujeta con fuerza la sabana, ocultando su rostro con ella, impidiendo que un nuevo grito salga de su boca.
El tigre espera el momento adecuado, y poco a poco va a cercando su mano a la espalda contraria.
El peli-celeste siente el contacto, su cuerpo se estremece, lo empuja, retrocediendo de inmediato hacia la pared cubriéndose con sus manos.
Cuando sus ojos logran acostumbrarse a la oscuridad, se da cuenta que es su esposo él que se encuentra ahí, a su lado, y no aquel villano que vio en sus pesadillas.
-P-Perdóname… -susurra, abrazándose a si mismo, intentando lo mejor que puede calmar los espasmos que recorren todo su cuerpo.
El peli-rojo se acerca, envolviéndolo en sus fuertes brazos a modo de protección.
Kuroko se aferra al gran cuerpo de su chico y un nuevo llanto se hace presente.
-N-No quería empujarte… -solloza sobre su pecho.
-No te preocupes… -musita tranquilo.
-T-Tengo miedo… Kagami…-dice con un hilo de voz.
-Lo se… -lo aferra un poco más contra su cuerpo, acariciando su hombro, su cabello.
Lentamente comienza a calmarse; aprovechando la oportunidad para acunarle el rostro entre sus grandes manos. Lo acerca a sus labios, hasta poder repartirle miles de besos, pequeños, dulces y suaves, en su frente, mejillas, nariz y por ultimo, la boca.
Kuroko lo rodea con sus brazos el cuello, correspondiendo con calma, los castos besos que tiene para ofrecerle. Lo ha tranquilizado, eso lo sabe.
Por que Kagami siempre ha tenido esa medicina para él.
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Segundas Oportunidades.
Fiksi PenggemarEs verdad, la vida no es justa. Nunca ha sido justa. A veces te hace vivir momentos en los que realmente desearías desaparecer, dejar de sufrir y evitar cargar con la sombra de un pasado que te duele. Por que todo esto, no ha sido más que leccione...