¡Hey, explosive boy! [Bakugo Katsuki]. [CALCBNHA].

19.

La de cabello rosa se ocultó detrás de un bote de basura, todo su uniforme se encontraba mojado, su cabello era un desastre y ni hablar de su respiración, miró en todas las dirección asustada, tenía el leve presentimiento de que Bakugo llegaría en cualquier minuto gritando su característico "shine" y le volaría la cara.

Se abrazó a su misma intentando entrar en calor, la campana que indicaba nuevamente el inicio de clase sonó. Decidió no ir, se quedaría escondía detrás del maloliente cubo de basura hablándole a los pajaritos que por ahí pasaban.

Se tiró en el piso viendo a las aves volar.

—Ustedes son aves y son libres, ¿Por qué no yo no puedo ser libre de darle cartas a mi crush? —Miró a los pobres pajaritos con rabia. —Digo también me podía gustar alguien menos agresivo, como Midoriya. —La de herbas rosas se sentó como indio. —No, no, no, seguro se hubiera desmayado a la primera carta. ¿Kaminari? Es muy imbécil. ¿Tenya? Seguro me corregiría una y otra vez por mis errores ortográficos. ¿Monoma? Conociéndolo desfilarías mis cartas por toda la escuela. ¿Kirishima? Seguro él...

—Soy mejor que todos esos extras que nombraste.

[...] soltó un grito del susto y dio un voltereta para alejarse del chico mientras intenta por todos los medios alejarse de Bakugo, quien tenía una clara cara de enfado y se notaba que había corrido.

—Acabo de verte toda la ropa interior. —Comentó mientras hacia una mueca.

La muchacha se bajó la falda lo más que pudo y miró con enfado al rubio.

—¡Eres un pervertido! —Se acercó al de ojos rubí con la intención de golpearlo pero antes de que pudiera dar un paso Katsuki la tomó de las manos.

—Escúchame bien, no te he perseguido por todo este colegio de mierda para que me llames pervertido cuando fuiste tú quien dejo ver sus bragas. —Soltó la mano de la chica para poder alejarse un poco. —¿Tú me entregabas la cartas? —Inquirió serio.

—¡Si fui yo! ¿Y sabes qué? No me importa que me explotes la maldita cara, acepta que me gustas y y...

Los labios se Bakugo presionando los suyos la obligaron a callarla, el rubio la tomó fuertemente de la cintura impidiéndole que huyera, la más baja rodeó el cuello del chico explosivo con sus brazos, en su cabeza tenía un total lio mental.

Los dos adolescente se separaron segundos después, pero eso fue suficiente para que nuestra protagonista empezara a hiperventilar.

—¡Oh por dios! Acabo de besarte, ¿Dios por fin escucharte mis plegarias?

Katsuki gruñó al escuchar a la chica balbuceando estupideces, se acercó a ella.

—Cállate mierda. —Masculló por lo bajo mientras le volvía a besar.

Esa sí era una forma de callar a la gente. 

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Hacer a las rayis pendeja es mi pasión. 

¿Y si van y le dan amor a mi nueva historia de Kaminari? Andale dale amor, la Hidaka quiere amor. 

¿Saben? Pensar que casi todos los libros de cartas están terminados me llena de orgullo, soy una mamá orgullosa:')