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—¡Maldita sea, Morty! —Grito por enésima vez el nombre de su nieto jalando, con sus mínimas fuerzas, los barrotes de metal.

Estaba encerrado en, literalmente, una jaula para mascotas, ya que, Beth no le explico a su hijo algún modo de mantener quieto al pequeño, agregando el hecho de que este posee un gran intelecto.

—Lo siento, Rick, pero mamá me dijo que debía cuidarte. —Hablo automáticamente a los llamados e insultos de su pariente, leía en su tableta una página instructora para padres primerizos. Sintió que esa era la mejor opción para su situación.

—No trates de hacerte el imbécil con tu jodida actitud de niñato obediente que no te sale ni por los huevos. —Su ceño no podía estar más abajo en señal de su enojo, intento creer que era por la incapacidad de regresar a su verdadero yo, pero en realidad era por la falta de atención que le daba Morty.

Joder, maldita sea, ahora no, pensó al sollozar involuntariamente, sentía que en cualquier momento iba a llorar. El mayor lo volteó a ver regalándole una sonrisa comprensiva, Rick solo desvió la mirada apretando sus labios reprimiendo la curva que harían, estaba feliz, había conseguido lo que quería. No obstante, deseaba más.

Infló sus mofletes ante aquel pensamiento provocando la risa de Smith.

—Tranquilo, Rick, déjame terminar de leer esta página así te preparo algo para comer. —Dijo volviendo su vista a la tableta, no se veía tan complicado.

—Vete a la mierda. —Murmuró mientras se sentaba cruzado de brazos. —Llévame al garage.

—Es peligroso que un infante se acerque a lugares peligrosos.

—Oh, ¿Ahora eres responsable? A ver, ¿quién fue la mierda que abandonó sus toxinas para que muriera?

—Uno aprende de los errores, Rick, además ya tuve un bebé.

—Si, y destruyó toda la vecindad para luego escribir un libro explicando el patético padre que fuiste, que alentador. —Hablo irónico.

Hipócrita, refunfuño en su cabeza rodando los ojos, no lo dijo en voz alta ya que sabía lo mal que se pondría si salían sus palabras hirientes de cómo Rick es peor padre que él así que prefirió levantarse e ir hacia las escaleras. Debía buscar algo y esperaba hallarlo.

—Entonces hubieras pensado mejor antes de hacer esto. —Dicho esto, subió al piso de arriba.

—No me culpes a mi, no fui yo quien desarrolló esta idea en primer lugar. —Regañó tirando su cuerpo hacia atrás, le daba pereza idear una forma de salir de la jaula, por lo que, se puso a ver como todo era más grande desde su perspectiva.

Maldito Morty, maldito cuerpo carnoso infantil de mierda que yo mismo cree porque también soy una porqueria, maldita Beth por dejarme con Morty, bueno, no tanto, maldito, estúpido e imbécil Jerry, maldita también Summer por existir.

Unos pasos apresurados se hicieron escuchar a lo que aparecía Morty con una cangurera, los labios de Rick cayeron hacia abajo, intrigado.

—Muy bien, Rick, tenemos que salir de compras.

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Creo que empezaré a comentar aquí (?)

Aventuras en casa con Rick y MortyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora