Aventuras en casa con Rick y Morty

06

Fue un día tranquilo, más allá de las tardes de solo mirar cable interdimensional –aunque eso también hicieron–, le pareció más ameno, además le agrado ver al pequeño plenamente relajado.

Si indagaba con sinceridad, la felicidad le recorrió la mayoría del tiempo, agregando el hecho de que se pudo vengar un poco de su abuelo, tuvo un descanso de todas las locuras que aquel individuo le daba.

—Te traeré la manta. —Dictó un sonriente Morty mientras lo recostaba en su cama cerca de la pared para asegurarse de que no se caiga.

—Ni creas que dormiré aquí, ¿como se que no te masturbaste recientemente en donde estoy ahora?

—Oh, cielos, Rick, estuve todo el día contigo. —Respondió obvio, es pre-adolescente, no un urgido conejo que andaba en celo todo el añ-

Bueno, tal vez un poco si.

—Pudiste haberlo hecho ayer, te vi llevándote la laptop.

—Estaba jugando Minecraft. —Al escuchar el nombre del juego, Rick volteó a verlo.

Su partida, su jodida partida.

—¿Sin mi, imbécil? Espero que no te hayas gastado todo el diamante que nos costó encontrar en un maldito día entero, y convertirlo en una jodida armadura de mierda. —Lo ahorcaba, no importaba como, lo ahorcaría para luego clonarlo.

—Te dije que eso nos podría proteger mejor cuando lleguemos al End.

—Puedo conquistar todo End si me da la puta gana. —Alzó los brazos enfatizando lo dicho. Morty se acercó y lo recostó nuevamente. —¿No tienes clases mañana? —Cuestionó fuera de tema, aún así, le interesaba la información.

Sin Morty en el hogar, lograría volver a la normalidad.

—Faltaré unos días.

Su sonrisa se desvaneció.

—Estas dándole un mal ejemplo a la audiencia, Morty.

—Amenazaste a todos mis profesores para que yo aprobara, ¿y me hablas de malos ejemplos?

—No los amenace, los hice creer que eran sus propias ideas.

—¿Dándoles pesadillas en donde los atas a una silla obligándolos a que si no me aprueban les arrancarías las uñas de sus manos y pies mientras llevas puesto un disfraz del maldito Elmo? —Lo miraba irónico mientras arropaba a su abuelo.

—Por alguna razón sabe la dirección de todo el mundo, yo quedaba libre de sospecha.

—Mejor duérmete.

—¿Y simplemente me dejarás aquí?

—Claro que no. —Aclaro yendo a buscar su pijama entre medio de su armario. —Abajo es un desastre, y se que aprovecharás la oportunidad de irte al garage ya que escondes tecnología en mi cuarto también.

Rick rodó los ojos, bostezo una vez más.

—¿No te gustó el día de hoy? —Pregunto al aire a lo que Sánchez lo volteó a ver con el ceño fruncido y los párpados apuntó de cerrarse.

—Mierda, Morty, ¿cómo me va a gustar que una señora, literalmente, me haya limpiado el culo?

—Buen punto.

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También tuve dos exámenes, aaaaaah :'D