Capítulo uno.

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Jungkook se arrepintió en el momento cuando el viento frío de Busan alcanzó su piel, provocándole tiritar los dientes, el omega enrolló a Bae en otra manta y desenrolló su propia sábana, estando sólo con uno de los abrigos gruesos que había logrado conseguir en la institución que vivía.

La institución Omega's Free era un trabajo voluntario que ayudaba a los omegas que eran expulsados de casa por sus padres, los omegas que eran abandonados cuando nacían y los omegas que tenían cachorros y no tenían algún alfa, desgraciadamente hace unos días Jungkook había sido acusado de robo, el sector siete lo había acusado de robar algunas ropas y pertenencias personales.

No les agradaba Jungkook, desde que había pisado la institución. Si era por envidia o apenas implicación él no sabía, pero desafortunadamente una institución que era para unir a los omegas, los separaba más que todo. Por falta de pruebas de que Jungkook no había robado nada, él fue expulsado de la institución. No existía prueba alguna.

Ahora él estaba de nuevo con frío, sin dinero, sin comida y sin al menos un techo para vivir. Había pasado una semana donde él había estado viviendo en la calle y el omega nunca imaginó pasar por tal cosa, huir de los ladrones que intentaban robar lo poco que él tenía, que en el momento parecía mucho, huir de alfas que a toda costa trataban de tener algo con él y lo más importante de todo, mantener a su cachorro a salvo. Los ojos del omega se llenaron de lágrimas cuando sintió el cuerpo de su cachorro enfriarse cada vez más y cómo su cachorro temblaba por las ráfagas de viento que golpeaban cada vez más fuerte.

"¿Mamá?" Jungkook escuchó la voz de Bae sacándolo de sus pensamientos, él miró al cachorro que abría y cerraba sus ojitos, con el chupete colgando. "Bae con f-frío"

"Lo sé cachorro, pero mamá ha puesto todas las mantas en ti" Jungkook dice apretando al cachorro en sus brazos más fuerte.

"¿Leche?" Bae preguntó, pasando sus manos sobre el pecho de Jungkook, que ya no estaba hinchado, porque su época de lactancia había terminado.

"No, amor. Ya eres un niño grande, ¿podría quizás conseguir algunas galletas, sí?" pregunta y siente como Bae sonríe, su estómago ya exigía comida, lo último que había ingerido había sido ayer y ya eran casi las dos de la tarde.

Jungkook se levantó del suelo donde había estado sentado y agarró a Bae que se encontraba en su regazo, colocando su vieja mochila en la espalda, saliendo del callejón que estaba siendo su casa desde hace unos días. Él caminó hasta el restaurante de la Sra. Lee, la omega más vieja se había compadecido de Jungkook y todos los días le daba algo al omega y a su cachorro para que se alimentaran. El omega entró en el restaurante viendo las innumerables mesas ocupadas, algunas personas lo miraban con asco, por sus ropas un poco mojadas y sucias, pero al omega no le interesaba eso, todo lo que le importaba era tener algo de comer para darle a su cachorro.

Sintió un fuerte olor de alfa en el lugar, pero no era un alfa cualquiera, era un alfa que demandaba con su presencia respeto por todo el lugar, Jungkook observó cómo algunas omegas estaban encantadas con el alfa y soltaban feromonas por el olor fuerte que el alfa transmitía por el local. Él caminó hasta el mostrador, mientras la ayudante fue a la cocina a buscar algunos platos de comida que la Sra. Lee había mandado a separar. El omega suspiró sintiéndose afectado por toda aquella presencia que parecía abrumadora, dejó que un suspiro escapara cuando sintió una fuerte mirada que quemaba sobre él.

Después de cinco minutos que parecían tortuosos, la beta regresó con una bolsa y se la entregó a Jungkook, sonriendo agradecido, mientras podía sentir a Bae hacer un alboroto en su regazo ansioso de poder llenar toda su barriguita gruñona.

Jungkook caminó en pasos lentos hasta la salida sintiendo la mirada caliente sobre su espalda, él rápidamente se quedó estático en su lugar, asustando a algunas omegas e incluso alfas que se encontraban presentes en el sitio.

"Ven aquí, omega"


















Taehyung soltó un gruñido alto, cuando otro de sus empleados había traído la noticia de que no habían logrado encontrar ningún omega lupus por todo Busan, él se pasó sus manos grandes y gruesas por todo su cabello, tratando de calmar a su lobo que rugía dentro de sí. El alfa caminó hasta la salida del local que se encontraba y comenzó a dar pasos largos por las calles de Busan, sus guardias lo seguían fielmente mientras todos en las calles, sobre todo los omegas, se agitaban por la presencia que él demandaba sobre la pequeña ciudad.

Hace poco más de un año, Taehyung había estado buscando un omega para tener a su futuro heredero. El alfa ya tenía veintiocho años, y ya pasaba de la hora de tener un heredero para dar su lugar como general del ejército británico. Servir a las fuerzas armadas de Corea del Sur siempre fue su sueño, su futuro hijo iba a seguir sus pasos en la carrera, era lo que él creía al final. Taehyung era un alfa muy influyente y conocido, ser alfa lupus era un mérito muy bien visto por la sociedad de hoy en día.

Hace cinco días había llegado a Busan para continuar su búsqueda del omega que cargaría a su cachorro, el alfa ya había buscado por todo Corea y fuera de él, pero no lo había logrado encontrar a un omega que le agradara a su lobo.

Taehyung dejó a sus guardias en las calles de Busan mientras él entraba en un pequeño restaurante, así que pasó por las puertas, y todos los que estaban en el lugar dirigieron su atención a él, haciéndole voltear los ojos por toda la atención que recibía, el alfa se sentó en una de las mesas vacías y miró hacia un omega que lo miraba, haciendo que el pobre omega se encogiera sobre sí mismo, él realmente podía ser aterrador cuando quería.

Sintió que su lobo se agitaba cuando el olor fuerte de maracuyá entró en sus narices, miró hacia la puerta viendo como un pequeño omega entraba, las ropas apretadas y el abrigo grueso parecían ocultar un cuerpo curvilíneo, los ojos oscuros que portaba transmitían alguna tristeza que el alfa quería descubrir y matar a todos lo que algún día lo habían hecho llorar. Él cargaba a un pequeño cachorro omega en los brazos y una mochila en su espalda.

Sintió como sus pantalones apretaban mientras miraba como rebotaba graciosamente el culo del omega hasta el mostrador, él lo observó por algunos minutos y su lobo rugió cuando vio como el omega se alejaba.

"Ven aquí, omega" su lobo ordenó, Taehyung no tenía más control sobre su propio cuerpo. Todo parecía ser tomado sólo por la necesidad de tener a ese omega, él era perfecto, perfecto para tener a su heredero. Él vio cómo el omega apretaba al cachorro en sus brazos, con los ojos aún abiertos.

"¿Yo?" pregunta y Taehyung asiente sólo con la cabeza. Jungkook caminó en pasos lentos y cortos hasta el alfa, siendo demasiado sumiso por orden que daba él gran alfa lupus. Demandando con toda su presencia en el lugar. Taehyung agarró el brazo fino del omega con delicadeza y lo arrastró fuera del establecimiento, él no iba a hablar con el progenitor de su futuro cachorro con toda aquella gente mirando hacia ellos.

Jungkook dejó que el alfa lo guiara hasta el gran carro negro que se encontraba estacionado cerca de ahí. Después de tantos años con miedo de que algún alfa pudiera estar cerca de él, el omega se sintió seguro con aquel alfa. Se sentía como en casa.

heir  ›  taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora