Todo por ti (Alastor x Oc)

Capítulo 29

Narra Aradia:

Oscuridad. Eso era lo único que podía ver. Escuchaba voces, gritos de dolor. Todos sonando constantemente en mi cabeza una y otra vez. Las luces volvieron a encenderse para ver una figura en el suelo.

-¡Salma!

Corrí hacia ella, pero no la alcanzaba, por mucho que lo intentara. Una silueta salió de la oscuridad para comenzar a golpearla.

-¡Dejala!

Más gritos.

-¡Por favor! ¡Ya basta!

Los gritos cesaron para dar paso a un charco de sangre. Me abalance sobre la silueta encapuchada.

-¡Apartate de ella!

La capucha cayo. Era yo.

-¿Qué significa esto?- me levante soltando el cuerpo.

Fuiste tú.

Esta muerta por ti.

Tú la convertiste en lo que es ahora.

De no ser por ti estaría en el cielo.

-No... Eso no es verdad.

Asesina Asesina Asesina Asesina

-¡No! ¡No fui yo!

-Tú me lo quitaste todo.- susurró su voz en mi oído.

-¡Ya basta! ¡Para! ¡Basta!

-¡Basta!- grite. Cuando quise darme cuenta estaba en mi cama-. Otra vez. Otra puta pesadilla.- suspire sentándome.

¿Cuánto duraría esto?

-¡Agh!- el pecho comenzó a arder con fuerza mientras que sentía pinchazos fuertes. Me apoye en la cama buscando soporte mientras mi mano derecha sujetaba la zona afectada. Apenas podía moverme. Ni siquiera era capaz de respirar bien.

A los pocos minutos paró de la misma forma que empezó, de repente. Me levante de donde estaba recuperando el aire perdido.

¿Qué me pasa?

Desde el día de la inauguración ha sido igual. Todas las mañanas despierto por pesadillas y luego mi torso comienza a doler como si me hubieran atravesado con una lanza de exterminador. Solo puedo aguantar.

Baje al vestíbulo. Estaba desierto, a estas horas era lo normal, pues los huéspedes aún dormían. No espere más y salí a tomar algo de aire. Necesitaba respirar. Me senté bajo la copa de un árbol y cerré los ojos. No entiendo nada. Esos sueños, ese dolor. Tiene que significar algo.

-Si que estas madrugadora últimamente.- escuche decir.

-Digamos que cada vez duermo menos.

-Eso viniendo de ti es raro.- se sentó a mi lado-. ¿Hay algo que deba saber?

-Nada de nada.- negué.

-Umm, eres una aburrida. Contigo nunca me entero de las cosas.

-Es lo que hay.- encogí mis hombros-. ¿Querías algo?

-¿Acaso no puedo estar con una de las pocas demonios que aprecio? Me ofendes si crees que busco algo.

-Solo lo hacía para asegurarme.

-Aunque en realidad si quiero pedirte algo.

-Lo suponía.- suspire mirándole-. Dime.

-Quiero que salgas conmigo esta tarde.- le mire muy extrañada-. No me mires así. Ya no pasamos tanto tiempo juntos y eso me molesta. Así que yo mismo me encargare de que tengas la tarde libre.