Narra Aradia:
Llegó la hora.
Las alarmas no tardarían en sonar. Apenas y cinco minutos más para que todo diera comienzo.
-¡Todos a vuestros puestos!- grité.
Cinco escuadrones: Primera línea o avanzadilla, ataques a corta distancia, tiradores, fuerzas de combate a larga distancia y los refuerzos que se incluirían después. Todos ellos liderados por una pareja de demonios.
Algunos de nosotros variariamos posiciones. Yo pasaría de defender a los tiradores a luchar con los de corta distancia.
Una mano se apoyó en mi hombro dándome calma.
-Pase lo que pase, estaré contigo.- dijo mi cervatillo besándome.
-Ten cuidado, por favor.- pedí.
-Lo mismo te digo, cachorra. Te amo.
Y con esas palabras me dejó para irse a su grupo.
Tenía miedo. Estaba acojonada. Pero era ahora o nunca. Después de aquellas palabras, no quería perderle ante nada.
Flashback:
-Llevas muchos días así, Aradia.
-Lo se.- suspiré. No dejaba de verla. Me estaba volviendo loca.
-Necesitas despejarte. Hacer cosas fuera de esto de la guerra.
-¿Tú crees? No tengo ganas de lo nuestro, aviso.
-¿Por quién me tomas? Yo no soy Angel.- se hizo el ofendido.
-No puedes decir que no te gusta.- agregué sonriente.
-Idiota.- susurró. Me cogió en brazos y antes de que me diera cuenta nos había llevado al bosque.
-¿Qué hacemos aquí?
-Sacarte de la ciudad. Es el único sitio donde puedes estar tranquila de verdad.
-En eso tienes razón.
Empezó a acercarse a mi con una sonrisa que no me gustó nada.
-No se te ocurra ni pensarlo.
-Ya lo hice.- y se lanzó encima mio haciéndome cosquillas.
Ese día estuvimos jugando como críos. Nos perseguiamos el uno al otro, jugábamos con nuestros poderes.... De todo. Incluso llegué a hacerle algo muy divertido para mi.
-Devuelveme a mi tamaño.- dijo cruzándose de brazos.
-Pero estas tan mono así.- le acaricié la cabeza con uno de mis dedos.
-Dos podemos jugar a eso y lo sabes.
-No serías capaz.- le reté.
-Si lo sería.- rió sentándose en mi mano.
-Admite que así eres más tierno.
-No lo soy.
-Si dices que si te devuelvo a tu tamaño.
-Chantajista.- le escuché susurrar mientras me miraba mal.
-Dilo.
-Me veo tierno.- murmuró agachando las orejas con vergüenza.
-No te he oído bien ¿Podrías repetirlo?
-¡Aradia!- se quejó.
-Vale vale.- reí bajándole de mi mano y volviendole a la normalidad.
-Me toca.
-No, Al. Era una broma... No me mires asi.- me alejé poco a poco. Su sonrisa me hizo correr.
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Todo por ti (Alastor x Oc)
Fanfiction¿Cuál es la verdadera fuerza de un ser humano? ¿Y su debilidad? Ambas cosas siempre las tuve claras y es algo que iba a cambiar , haciendo un pacto con un demonio que cambiaría todo lo que conocía en vida. Alastor era su nombre, uno que no olvidarí...