¿En qué momento se había difuminado tanto? ¿Desde cuándo el deseo de aliviar el dolor lo había encapsulado tanto?
El mayordomo era el caballero de un caballero, cuidadoso de la imagen de su señor.
Debía de crecer como un hombre de bien, honrando el apellido a la cual su familia servía desde hacía tantas generaciones. Tenía tanto por estar agradecido con ellos, que daría lo que fuera, dio todo de sí e incluso ahora lo sigue dando, para mantener esa cabeza que le fue confiada en alto.
Pero no era tan sencillo, como el caballero que era sólo expendía su opinión al ser consultado. Dejó que su joven amo forjara por sí mismo su camino. Todos sus ideales él los tomó.
En ocasiones solo le recordaba de sus elecciones, de sus caminos. Inexperto, aunque ahora no lo pareciera, con el niño que se le fue entregado era un completo inexperto. Hizo lo que sus ideales le marcaron, y justo cuando veía transcurrir escenas como esta era que se preguntaba si acaso, si tan solo, fuera posible haberse tomado más libertades con su amo Bruce cuando este era un infante. Así como las que ahora se tomaba con los jóvenes, quizá, solo quizá pudo haber ayudado a mantener más de aquel pequeño niño que ahora se estaba buscando.
Se buscaba con desespero. Pero hacía tanto que lo había dejado encerrado, que muy difícilmente se mantenía a flote.
Y la discusión que mantenía con Dick revelaba esto.
El hermano mayor de Damián estaba preocupado por él, y ante la negativa de verlo, la respuesta causó furor. No ante su mentor, no hacia su hermano, su propia incapacidad de haberse vuelto alguien preciado, por quién valiese la pena pasar por dolor. Porque lo sabía, sus intentos no eran suficientes, el dolor que el pequeño cargaba no se borraría fácilmente.
Estaba enfurecido por su egoísmo, el querer tener al de antes. Porque así, con su arrogancia, impertinencia, altanería, con todo lograba ver en él a un hermanito que debió haber protegido.
Pero Bruce malinterpretó esa molestia, y la trasladó a lo que consideraba su propia culpa. Debía de cargar con ello, Se sentía igualmente egoísta al retener la memoria de su hijo. Al impedir que su petirrojo mayor se acercara, sólo buscaba proteger a uno. Y en su mente eligió esta vez, proteger al que se negó a ver como suyo durante el tiempo que lo había tenido.
Se dolió dentro de sí. Como buen mayordomo se mantendría cerca de su amo, el único capaz de cargar con todos sus secretos.
El que falló en mantener su corazón igual a pesar de los daños.
Por su obstinación, de no verlo como el niño que debía seguir siendo. Sino como había sido enseñado, como el Señor y Amo de la casa. Cabeza de los Wayne.
El haber tardado, para verlo como el niño lo veía desde el principio, un amigo. Y posteriormente, el padre que cuidó de él.
Pero eso ya no lo sabría.
Sólo podía guiar, a su manera, sutil y delicada. Cómo aprendió a hacer, guiar a los más jóvenes, y ayudar a entender a su querido hijo, que Damián terminó cargando pesos que no pidió, al igual que él. Y que debía darle aquello en lo que el mayordomo creía haber fallado.
Porque aunque no lo sabía si tendría resultados o no. Valía la pena el intentar.
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El tiempo del cambio
FanfictionFinalmente, luego de un suceso que cambia a todos. El joven Damian Wayne tendrá la oportunidad de obtener lo que se le arrebató. Pero al final todo cambio traerá consigo consecuencias, para sí mismo y para los que lo rodeen. ¿Qué tanto cambiará a...