Celestial

06. Las cenizas de las Cuatro Grandes Calamidades.

N/A: Hola xD
Tenía insomnio, ya me había acostado y todo, pero me surgió esta idea y como no me iba a dejar  hasta que la hiciera, salí de la cama y me puse a escribir porque no me quiero, la neta xD.
Como siempre, quería que fuera algo corto JAJAJAJAJAJAJA bueno, no sirvo para esto xD (aunque lo intenté. La parte de HC y HX son la prueba u.u)

En fin, es un pequeño OS en el que (como el nombre lo dice) averiguaremos el paradero de las cenizas de las Cuatro Grandes Calamidades. Como ADVERTENCIA(?) las ships que manejo son: HuaLian, ShuangXuan, Jun Wu x Mei NiangQing y QiuRong (Lang QiangQiu y Qi Rong).

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06. Las cenizas de las Cuatro Grandes Calamidades.

Todos sabían que el punto débil de un fantasma eran sus cenizas, eso no era ningún secreto. Pero, como bien lo había dicho Xie Lian, un Señor Fantasma como lo eran las Cuatro Grandes Calamidades no andarían por la vida dejando sus cenizas expuestas ante los ojos de todos... ¿o sí?

Si tan sólo las personas supieran que el paradero de posesiones tan valiosas estaba más al alcance de lo que cualquiera pensaría...

~•~•~•~Hua Cheng~•~•~•~

Xie Lian se preparaba para el gran banquete que la aldea Puji había organizado en su honor. Pese a todas sus negativas y a lo mucho que se opuso, finalmente accedió convencido por Hua Cheng. Al final, siendo uno de los Dioses más importantes en la Corte Celestial, la pequeña celebración había terminado en un gran festival con una gran afluencia de gente, dioses y fantasmas, en un día que más adelante sería conocido como "El día de los amantes", en honor al Dios Marcial recolector de chatarra y su inseparable esposo, el Rey Demonio Hua Cheng.

Quizá en su juventud habría disfrutado mucho de aquellas celebraciones y toda la atención, pero luego de ochocientos años y lo mucho que había cambiado en ese tiempo, en verdad no se sentía muy animado con la situación.

Aún así... ¿El día de los amantes? ¿No era eso demasiado excesivo? En su corazón, el Príncipe Heredero de Xian Le suspiró pesadamente, pero al agachar la mirada y ver un pequeño destello no pudo evitar sonreír.

De entre el cuello de su túnica sacó una pequeña cadena de la que colgaba un elegante anillo. No pudo evitar mirarlo con enamorada devoción un par de segundos.

Acunándolo entre sus manos pegó el anillo a su pecho y cerró los ojos con una sonrisa mientras pensaba: 'La cenizas de Sang Lan están aquí. Él literalmente ha puesto su vida en mis manos. San Lang...'

—Xie Lian, ¿qué demonios haces escondido en la cocina? Esta fiesta es en tu honor —regañó Mu Qing rodando los ojos desde la puerta de la cocina—. Sal a dar la cara, maleducado —Xie Lian le sonrió apenado.

—Lo siento. Vine a buscar los platillos restantes —se disculpó.

—La fiesta es para ti. No deberías estar sirviendo nada. Deja que alguien más se encargue —continuó Mu Qing cual madre de alta sociedad—. Eres un Dios Marcial y no puedes...

—Su Alteza no es un Dios como todos ustedes —interrumpió Hua Cheng desde detrás. Su tono no era amigable, pero tampoco tan hostil como siempre. Estaba de inusual buen humor por la temática del festival—. Él no se considera superior ni tampoco considera a los demás indignos —Mu Qing resopló y rodó los ojos—. ¿Ese cinturón que llevas no es parte del uniforme del Palacio Nan Yang? —preguntó casual al pasar a su lado. Los ojos de Mu Qing se abrieron por completo con un imperceptible sonrojo en sus mejillas.