Segunda Parte

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¡El mes que viene son las competencias, chicas! -anunció una activa Margaret.

La soñolienta Isummi se incorporó del pupitre en el que estaba tan cómodamente dormida. Los rizos castaños cayeron por la espalda, mientras se restregaba los nublados ojos verdes que se negaban a despertarse y volver a la realidad. ¿Es que acaso no podría dormir ni siquiera en el recreo? Ya con el señor Martuttsi tenía toda su agenda ocupada, y con el colegio no daba abasto con los contra turnos (que siempre llegaba tarde) y con Musoki ignorándola totalmente sin siquiera llamarla, pasaba todo el día deprimida. Hacía toda una semana que llegaba a su casa a las dos de la mañana por las intensas prácticas de canto y como si fuera poco tenía que estudiar para las pruebas del colegio, así que se acostaba alrededor de las tres y media para luego despertarse a las siete de la mañana para entrar a clases. La emocionada Margaret abrazó con alegría a Noeru que estaba muy absorta en su libro de autoayuda y con preocupación les preguntó- ¿En dónde está toda esa alegría? Vamos a competir contra la escuela Juyéster y va a ser emocionante el poder ganarles nuevamente este año... yo entré en el equipo de voleibol femenino, ¿en qué actividades les tocó a ustedes?

Ya es sabido que siempre me toca en las competencias de preguntas y respuestas, y es muy probable que gane por cuarto año consecutivo, eso es seguro –dijo Noeru con una confianza en si misma que Isummi admiró, jamás la había visto con tanta seguridad, de hecho nunca la había tenido. Margaret la soltó y lanzó un gritito emocionado por el entusiasmo de su amiga.

-Eso es! Por supuesto que eres la más estudiosa de todo el colegio, e Isummi cuando canta ¿o no?, ¿vas a competir en el coro Is? –la chica bostezó y secándose los ojos dijo casualmente

-Si... lamentablemente también me tocó en la parte de porrista por falta de gente... voy a causar estragos con mi torpeza –las dos amigas se empezaron a matar de la risa cuando escucharon semejante locura y tratando de recuperar el habla Noeru dijo delirantemente

-Eso es totalmente imposible...tanto como si a la bestia de tu novio le tocara jugar en algunos de los equipos.

Margaret se descostillaba de la risa agarrándose de la panza. Isummi sonrió con pesar, no podía imaginarse la escena. tenían razón todo eso era una locura, no veía la hora de que se terminara el año escolar.

- Ja... Ja... Ja... Ja... -dijo irónicamente Fukogui cuando entraba y veía a las divertidas chicas. Con seriedad dijo- Que broma tan pesada... sobre todo cuando se acaba de hacer realidad hace unas horas –las chicas lo miraron con la boca abierta, recuperando la compostura y sin poder creerlo siguieron atónitas- Si ya sé... estoy perdido. Lo han designado al equipo de basket y ya es tarde para que pueda cambiarme.

-No te preocupes, nunca va a ninguna práctica. Él único que asiste a ellas es el gorila del amigo... y es muy bueno, se nota que tiene dominio-dijo Margaret, y recordando algo desagradable lo dijo en voz alta con alarma- la verdad es que hace dos días lo vi en el gimnasio y como me pareció raro le pregunté a uno de los chicos que estaba en ese turno y me dijo que Teikoku se estaba por quedar libre en faltas y que por eso estaba allí –Noeru se levantó exaltada y le comentó aterrorizada, mientras que Fukogi miró de soslayo la mano izquierda de Isummi que ahora se apoyaba en su pecho con preocupación y dejaba brillar una delicada sortija de compromiso de diamantes rodeando a una pequeña piedra azul que estaba en el centro.

El precio del FUEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora