Una Vida Por Agradecer (Soudam Fanfic)

Capítulo 1: No hay nada como el primer día

(El dibujo no tiene nada que ver con la historia, simplemente un día estaba aburrido y dije -¿Por qué no hago un dibujo de los personajes de Dangaronpa con algún Pokemon?- Y el que mejor me quedó fue Kazuichi, no se me da muy bien dibujar en la PC, [tampoco es que a lápiz sea todo un artista, pero bueno algo hago].Ahora si vamos con el capítulo)

Kazuichi Souda estudiante con el pelo negro, dientes afilados como los de un tiburón, que usaba lentes y provenía de una familia pobre. Él tenía una gran afición por las máquinas, era nada más ver una y ya al segundo la estaba desarmando para ver como funcionaba. A su padre le encantaba ver lo feliz que se ponía cada vez que llegaba una nueva bicicleta a la tienda y el chiquito la comenzaba a desarmar, aunque después tuvieran que volverla a construirla. Sin embargo, no toleraba lo mala que era la situación social de su hijo.

En la escuela usualmente era golpeado, y abusado por el aspecto de cerebrito que tenía. Además era bastante miedoso y cobarde. Por lo que era común que Kazuichi no quisiera ir a ninguno de los eventos que organizara la escuela, y esto a su padre no le gustaba. La constantes violencia hacia su hijo provocó que tuviera que cambiarlo constantemente de escuela. Los traslados pararon cuando ambos padre e hijo decidieron hacerle al menor un cambio de aspecto. Después de varias experimentos el muchacho quedó con el pelo rosado y sustituyó sus lentes por unos de contacto del mismo color. El nuevo aspecto tan llamativo logro hacer que los abusos se detuvieran.

Por fín comenzaron las vacaciones de verano, y aunque Souda ya había hecho algunos amigos gracias a su nueva apariencia, prefería quedarse en la tienda a ayudar a su viejo, sin importarle que en la mayoría de las veces la clientela escasiaba. No había nada que hiciera más a feliz al dientes de tiburon que pasar el rato con el ser que más amaba en este mundo.

Un día como otro cualquiera, les llegó una carta de admisión a la academia Pico de Esperanza, Kazuichi Souda había sido admitido bajo el título de Estudiante Mecánico Definitivo. Esto alegró a ambos ya que no tenían suficiente dinero como para que el peli rosa pudiera continuar los estudios y la entrada a esta institución seria totalmente gratuita para la familia. Además con graduarse allí, el sueño de Kazuichi de construir una nave espacial ya no estaría tan lejos de su alcance. Estaban ambos contentos pero luego recordaron que la entrada en el centro  significaría que Kazuichi se tendría que alejar de su viejo quien siempre lo había estado apoyando. Aún así decidió que debía aceptar la solicitud, ya que esto ayudaría a mejorar la situación económica de su familia.

Pasaron los últimos días de las vacaciones preparando todo, hasta que al fin llegó el día. La ciudad donde estaba la academia Pico de Esperanza estaba a unas horas en tren de distancia por lo que Souda tuvo que madrugar. Se puso su gorra negra y su overol azul favorito (no estoy seguro si eso se llama así, por favor si estoy equivocado decidmelo en un comentario), ya que en la academia no eran obligatorio los uniformes, y fue junto con su padre a la estación. Después de un fuerte abrazo, y unas cuantas lágrimas, aunque ambos decían que simplemente les había entrado una basura en el ojo, se despiden y Kazuichi aborda el tren.

Por la ventana del tren podía ver como su padre movía el brazo para despedirse, estaba triste pero también emocionado por como sería su nueva vida. Sin embargo estos sentimientos no duró mucho, ya que comenzó a marearse. A Kazuichi le era imposible no sentirse así dentro de cualquier vehículo que estuviera en movimiento. Por eso nada más llegar a su destino, se bajó y fue corriendo al baño (Bueno ustedes saben a que).

Después de este pequeño inconveniente, con todo su equipaje en ambas manos, Souda salió corriendo de la estación, y después de recorrer unas cuantas cuadras por fin llegó. Sud ojos brillaban de emoción. Ante él se erguía la inmensa academia Pico de Esperanza. Un nuevo capítulo en su vida estaba por escribirse. Tan sumergido en sus pensamientos estaba que no notó que alguien se le acercaba.