[15.07.1992] pt. 1

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Narrador.

— Jimin, solo digo que creo que tal vez necesitemos algunas reglas. —el más joven de los chicos llevaba varios minutos tratando que convencer a su mayor.

— ¿Y para qué reglas? —el de cabellos claros mantenía su expresión confundida, odiaba cuando Jungkook era así de aguafiestas.

— No quiero arriesgar nuestra amistad, ¿Entiendes eso? —dejó el mapa con poca fuerza sobre sus piernas, sosteniéndolo para que no se volara con el viento.

— Está bien, de acuerdo, ¿Qué propones?

— Cuartos separados. Nada de camas compartidas ni abrazarnos borrachos. —el chico alternaba su vista entre el mayor y el paisaje que recorrían.

— Buenos, no le encuentro sentido a lo de los abrazos. —intervino, manteniendo su sonrisa pícara en su rostro.— Abrazarse da calambres.

— De acuerdo. —respondió de mala gana.

Al cabo de unos minutos en que el menor aprovechó para pensar en que otras normas podía decretar.

— Regla número dos. —al oírlo el mayor bufó, creyendo que iba a desistir con la idea de las reglas.— Nada de flirtear.

El de labios gruesos soltó una carcajada, mientras en castaño continuaba.

— Nada de embriagarte y ponerte coqueto conmigo, ni con nadie. Te conozco, Jimin. —lo observó con una mirada acusadora.

— Yo jamás coqueteo. —de un momento a otro, volvió su voz más grave, y junto a su eterna expresión seductora, quería molestar a su amigo.

— ¡Oye, hablo en serio! —puso su cara más seria, pero no sirvió de nada, Jimin observaba en otra dirección.

Junto a ellos y de pura casualidad, pasó una hilera de autos, al parecer de un casamiento. Tocó varias veces su bocina, mientras que de uno de los autos les lanzaban pétalos de rosas blancas. "¡Bonjour!" gritó entre risas, al mismo tiempo, el más joven de los dos no sabía ni como reaccionar, fue todo tan rápido que sólo pudo sonreír.

— Y bueno, esto me lleva la regla número tres. —retomó su vista al frente, jugando con uno de los pétalos que había caído en su regazo.— Cláusula de desnudez.

— ¿Qué? —los ojos del mayor se habían abierto como platos.

— No quiero verte en la ducha ni orinando. —negaba con su cabeza mientras hablaba.— Mucho menos orinando en la ducha.

— Eso no lo puedo prometer. —sonrió divertido, pasando su mano por su cabello mientras mantenía la otra en él volante, dejando su frente al descubierto. Era como una especie de manía.

— Promételo Jimin, son las reglas. ¡Y! —levantó la voz, haciendo sobresaltar al mayor.— Nada de nadar sin ropa.

Estaban a punto de llegar a su hostal, cuando el de cabellos rubios habló.

— Entonces yo también tengo una regla. —el más joven lo observó expectante.— Nada de escribir.

— ¡Pero adoro escribir! —rechistó el chico con angustia.

— Precisamente por eso es mi norma. Anda, no estamos muertos. —animó el mayor, riendo por lo bajo.

Un minuto después, ya estaban en el estacionamiento. Jimin aparcó con cero cuidado el auto, Jungkook se había aferrado al asiento por tan repentina frenada.

Jimin.

Me dirigía hacia ese chico de cabello oscuro sentado en la arena, que tenía puesta una camiseta blanca y unos shorts cortos, arreglando un poco mi cabello mojado.

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⏰ Última actualización: Jul 08, 2020 ⏰

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