Prologo

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Una mañana tranquila de sábado, como tantas otras, se asomaba el sol en Ciudad República. Pero este día en particular, no tenía nada de tranquilo para la hermosa morena de ojos jade. Asami Sato, estaba desbordada de alegría porque después de seis años de intensos estudios y de mantener una línea de comportamiento estricto obligado por su Padre, por fin se iría de vacaciones sola con sus amigas.

A una semana de haber obtenido tu título universitario sentía que merecía un largo descanso, bueno tal vez no tan largo, sólo cuatro semanas, pero era algo. Además necesitaba alejarse un poco de todo los asuntos político y empresariales que la rodeaban.

La morena de tan solo con 26 años había logrado especializarse en Ingeniería industrial y un pequeño Máster en ciencias políticas, el cual le abría un camino para trabajar al lado de su padre en Industrias Futuro y en su candidatura para Presidente.

De hecho secretamente esperaba que su padre tuviera éxitos en su candidatura ya que ella esperaba algún día poder ocupar el puesto de CEO de Industrias Futuro y el sillón donde se encontraba su Padre sentado en este momento.

Hiroshi Sato, era un respetado y amado empresario de casi 60 años, que por sus esfuerzos desde la juventud logró casi de la nada crear una empresa de renombre y aporte tecnológico el cual se había vuelto un pilar importante para la economía del estado del reino tierra y el mundo en general.

Pero como político, no corría la misma suerte, tenía algunas personas en su contra, todo por provenir de la nación del fuego. Había cierto sector conservador de Ciudad República que consideraba que los candidatos políticos debían ser nacidos y criados en esta ciudad, independientemente de que hayan vivido prácticamente toda su vida allí, seguían siendo considerados extranjeros.

Para Asami era algo complementan irónico teniendo en cuenta que Ciudad República en su momento fue una colonia de la Nación del Fuego, aunque eso había cambiado cuando el General Aang y su escuadrón dieron fin a la guerra de los 100 años y convirtieron a Ciudad República en un emblema donde diferentes culturas pudieran convivir en armonía.

Asami resoplo indecisa en su habitación terminando el equipaje para su viaje.

Sus dos mejores amigas la estaban esperando sentadas en el sofá viéndola ir y venir de un lado a otro.

-¡Vamos Asami! ¿Cuanto te falta? Ya me quiero largar de aquí.

-Dije que ya voy Opal. ¿Por qué siempre tan impaciente?

La joven rodó los ojos exasperada y se cruzó de brazos molesta, Asami le saco la lengua y continúo con su trabajo.

Opal no solo era una de las mejores amiga de Asami era como su hermana, se habían criado juntas. Sus padres eran íntimos amigos y al igual que Hiroshi eran unos empresarios de renombre. Los padres de Opal eran dueños prácticamente de toda la ciudad de Zaofu, que se encontraba a 30 km de Ciudad República y la cual estaba considerada como el principal distribuidor de metal del mundo. De hecho la mayoría de los minerales y metales que Industrias Futuro utilizaba, para sus automóviles e inventos tecnológicos provenían de de allí.

La joven de cabello corto y moreno, tenía sus ojos de color verdes, pero no tan profundos como los de Asami y tan sólo era dos años menor que ella. Una mujer hermosa para los ojos de cualquiera aunque no tanto como la emblemática y bella Asami Sato.

-Debe estar decidiendo entre sí llevar el libro de ciencias políticas avanzadas o el de ingeniería para cerebritos.

-Jaja muy graciosa.

-¿Que? Eres toda una nerd y lo sabes.

-Te detesto, recuérdame porque te invitamos al viaje Kuvira.

Cuestiones PolíticasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora