Y yo estaba ahí sentada en ese escritorio escuchando como la cabeza de mi –ahora obviamente- ex mejor amiga fue llenada de pensamientos por Florencia claro está que no era solo la culpa de Flor sino también de Julia por no tener esa convicción de ser ella misma. Igualmente estamos hablando de Julia Klein siempre fue tímida, tranquila, inteligente pero nunca tuvo una personalidad muy construida, se dejaba influenciar por otros pero nunca cambiaba su forma de ser, su pensamiento crítico era propio.
Pero al parecer esta vez fue demasiado lejos la ‘manipulación’, Juan me contaba que ya no era la misma, que era demasiado egocéntrica que sólo hablaba de ella y abalaba las acciones de su –seguramente ahora- mejor amiga Florencia, de cómo dejó de lado su ser callado para convertirse en un altavoz que necesita contarle sus logros a todo el mundo y que sí uno le cuenta los suyos lo toma como algo desinteresado.
Veía el rostro de Juan mientras me comentaba lo sucedido esa cara despreocupada que tenía cuando entramos a ‘la guarida’ ya no estaba la había cambiado a una de total enojo y preocupación.
-Cambió Betty, ¡cambió para mal! ¿Sabes? Extraño como era…- emitió mirándome fijo.
-Créeme hoy cuando las vi entrar al salón me di cuenta que no eran mis amigas, que no eran las mismas, que actuaban diferente- Dije con total sinceridad, si al fin y al cabo Juan me contaba cómo se sentía ¿por qué yo no podía sincerarme con alguien?
-¡Son todas unas pesadas!-Gritó con una sonrisa burlona en su rostro y yo me reí. Me hacía recordar viejos tiempos reírme junto a él. No podía evitar mirarlo todo el tiempo, se había desajustado la corbata del uniforme, lo hacía ver informal y relajado.
-Bueno era eso lo que debía comentarte, ¿sabes? Creo que tienes todo el derecho a saber esto, fueron muy malas contigo y lo peor es que sé que mi hermana no se comportaría así y menos con vos… Realmente lamento lo que hicieron, no te mereces eso.- Wow, eso era inesperado… ¿realmente lo era? Juan Klein pidiéndome disculpas por su hermana a mí, Beatriz y diciéndome que no me merezco ese trato. Me había quedado sin palabras –recordemos que él nos hacía la vida imposible-
-Oh, Juan no tienes por qué pedir perdón, ella se comportó así. Pero igualmente gracias.- y apenas acabé de hablar me sonrojé y eso que mi piel es roja de naturaleza por lo que de seguro parecía un tomate.
-Debía hacerlo, me sentía mal de otra forma además…- Sonó el timbre, además ¿además qué?
-Em, sonó el timbre y realmente debo ir a la clase de historia.- mascullé mientras me levantaba y caminaba hacía la puerta, estaba un poco avergonzada y tímida al respecto de que había un ‘además’ pero de seguro era una tontería, hay veces que me hago demasiado la cabeza en pensamientos ilógicos que nunca suceden.
-Sí, claro por supuesto. Pero debes dejarme colocar la llave para abrir- Oh sí bueno tenía razón, estaba contra la puerta y no le abría paso para que destrabe la cerradura.-Permiso- prosiguió pasando justo delante de mí y logré sentir el perfume que usaba cuando se colocó delante de mí mientras abría la puerta.- Listo, no está pasando nadie sal Betty luego de un rato saldré yo así no hay sospechas estúpidas. Nos veremos pronto, adiós.- Me empujó hacia afuera y a mi espalda se cerró la puerta.
Me encontraba en un pasillo dónde había un grupo de niñas de primero que me observaban así que les solté un ‘’Aquí no hay nada que ver, ¿qué ya no tocó el timbre?’’ por lo que se sonrojaron y corrieron a su salón. Bueno necesitaría tiempo para asimilar esto, Julia no era la misma eso estaba muy claro los demás engranajes actuaban raro y me trataban como si nada hubiese sucedido… Juan pasó de ser el hermano molesto a un cuasi amigo o eso creo, Lila me esperaba en el salón con un banco junto al suyo y eso traería problemas y está demás de decir que también chismes.
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Un año para olvidar.
Teen FictionEn un año pueden suceder muchas cosas, ganar amistades, perder otras, enamorarnos ser felices o llorar al segundo. Al fin y al cabo somos románticos, somos adolescentes somos extremos. Aquel que no tenga un año que quiera olvidar no es realmente un...