-Regina, ¿puedo hablar contigo un momento? – preguntó avergonzada, adentrándose en el despacho donde su jefa estaba trabajando.
-Por supuesto, siéntate – dijo, dejando de lado sus papeles y sacándose sus gafas montura gruesa.
-Es por el tema de la sesión, ya han elegido quien estará la revista. – dijo despacio.
-¿Entonces? – preguntó impaciente
-Mi trabajo resultó ganador – dijo con una tímida sonrisa.
-¡Emma! Eso es fantástico – dijo alegre levantándose de su asiento y se dirigió hacia la rubia para abrazarla.
Al sentir los brazos de la mujer, Emma se tensó y la rodeó con sus brazos susurrando un agradecimiento. Al separarse, la rubia se encontraba sonrojada lo que le pareció bastante tierno a la morena y le regaló una hermosa sonrisa.
-Gracias otra vez, pero hay un problema – dijo bajando la mirada.
-¿Cuál? – preguntó confundida, Regina.
-Tendremos que ir a Nueva York por una entrevista y otros asuntos que no me han explicado muy bien.
-¿Tendremos? – preguntó con escepticismo en su voz, lo que preocupó a la rubia.
-Sí, por la escasa información que me dieron, tú también tienes que ir.
-¿Para cuándo está programado?
-Para el próximo fin de semana, el viernes nos reuniremos con las propietarias de la revista y el sábado por la tarde es la entrevista. – explicó apresurada.
-Está bien, tengo tiempo de arreglarme con Henry – señaló soltando un suspiro y volviendo a su asiento.
-Está bien, Regina. Si no puede ir lo comprendo, les explicaré que no pudiste ir por Henry. – dijo decepcionada.
-Emma, iré contigo. Solo tengo que preguntarle a mi madre si puede quedarse con Henry – expresó sonriéndole para tranquilizarla.
-Bien, los gastos del hotel y demás corren por cuenta de las dueñas de la revista.
-Perfecto.
-Bien, otra vez muchas gracias – dijo acercándose a la salida – Ahora te dejo trabajar tranquila – salió por la puerta y se encontró con Granny que estaba por entrar con café para su jefa.
-Emma, luego quiero habla contigo. Espérame en la cocina – le dijo ya entrando por la puerta.
La rubia estaba en la cocina pensando por qué quería charlar con ella, cuando sintió que golpeaban la puerta de la mansión y se levantó de su asiento para dirigirse a la entrada. Cuando abrió la puerta se sorprendió un poco al ver a su padre ahí, no le había avisado que pasaría.
-Papá ¿todo bien? – preguntó todavía parada en la puerta.
-¿Puedo pasar? – interrogó.
-Eh, sí pasa – dijo y se movió para que su padre entrara.
-Entonces ¿qué te trae por aquí?
-Solo vine a verte, quería saber cómo estabas con todo lo que está sucediendo y como llevas el curso.
-Estoy bien, lo llevo bien. Regina ha sido de mucha ayuda, si no fuera por ella no sé que habría hecho – dijo con una pequeña sonrisa.
-Me alegro de que confíes en ella – también sonriendo a su hija.
David ya había notado los cambios de su hija al hablar de la morena y cuando estaban cerca sus ojos tenían un brillo especial. Desde que comenzó a trabajar ahí la notaba más sonriente y se arreglaba más de lo acostumbrado.
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Munay
FanfictionRegina Mills decide retomar su trabajo después de la muerte de su marido, para eso debe contratar una niñera para su hijo, ninguna parece apta para el puesto, hasta que le recomiendan a Emma Swan. Una joven de veintidós años, desempleada y estudiant...