Así como se enlazaron entre los brazos, enredados se encontraban. Tal cual, su cabeza en su pecho, los dos de costado frente al otro. Lo primero que vió al despertar ver su cabellera lacia, ligeramente albo-rotada.
Sigilosamente, tratando de no despertarlo hasta salir de sus brazos y abrigarlo como era debido. Costó unas cuantos minutos, pero lo logró, haciendo el típico "shusheo"
cada vez que parecía despertar.Ya era casi mediodía, fue a la cocina y empezó a revisar cada gabinete. Pero claro, al ser un apartamento de soltero solo habría lo básico. Aunque si había una llamativa variedad de botellas de licor desde los más económicos hasta los más costosos. Junto a ello encendedores y pipas en lugares estratégicos.
"Con razón ese olor particular". Pensó.
Sintiéndose incómoda por lo que veía. Cerró de una vez la puerta y se fue al supermercado a ver qué conseguía....
–Cre, creí que te habías ido-dice cabizbajo-
–No, solo fui por algo para almorzar.
Las primeras palabras con las que las recibió en el día. Lo que hizo fue pasarlas de largo, viendo que le daría otro bajón.
...
Mientras se encontraban recostados viendo la tv escucharon un estruendo de la puerta. Asustándolos a ambos, pero el castaño ya sabía a qué se debía.
–Quédate aquí y no salgas
–Pero y si-con la voz agitada poniéndose de pie-
–Confía en mi-se notaba que estaba nervioso-
Él baja apresurado las escaleras, llegando incluso resbalarse de un escalón, pero mantuvo el equilibrio. No muy bien había llegado a la planta baja cuando se escuchan gritos de una voz muy familiar.
–QUE PIENSAS DECIR AHORA.
–ME AVERGÜENZA DECIR QUE ERES NUESTRO HIJO.
–Perdón.
–¿SOLAMENTE ESO VAS A DECIR?
¿CREES QUE ASÍ SE ARREGLAN LAS COSAS NO MÁS?Hasta ella misma se asustaba con los estruendosos gritos.
El solamente se quedaba callado tratando de mirar fijamente a su padre, sin que las lágrimas salieran y verse más débil de lo que ya de por sí estaba. Siendo reprendido de una manera fuerte como un niño, sintiéndose mínimo. El hombre mayor solo gritaba. Mientras que la mujer que lo acompañaba; gotas resbalaban de sus mejillas sonrosadas.
Ella jamás había visto a la familia en esa situación. Siempre los vió como una familia unida, armoniosa y respetable. No muy bien viendo al señor, se dio cuenta que era solo la fachada de las muchas goteras que habían en esa casa.
Estaba que se lanzaba a gritarle para defenderle, pero sinceramente estaba muy asustada. Debido al ser tan nerviosa, sintiéndose pequeñita.
Escuchaba cada grito, grosería, insulto y muchos cosas más. Que un padre jamás debe de decirle a su hijo, aún así por mal que obre. Incluso sentía como si fueran todas esas palabras para ella también.
Después de un rato se escuchó el silencio que tanto se esperaba, provocando que saliera de inmediato a verlo.–Que pena contigo, perdón si te sentiste incómoda-dice apenado-
–Descuida, no pasa nada-dice tomando su rostro-Lau-alza la mirada-
–Errar es de humano, ¿Sí? Y cómo te dije anoche, sé que puedes cambiar. Pero, ¿Me lo prometes?
No quería tocarle el tema del lo ocurrido hacía minutos, ya que sabía que sino Laurent se quebrantaría.
–Te lo prometo.
–Bien, ahora me voy. Cualquier cosa, me puedes llamar-dice antes de cruzar la puerta blanca-
–Sí...y gracias Orange
–No es nada.
Se fue sin dejar de pensar en él. Esperando que en su ausencia se sienta bien.
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Since Then...
Teen FictionAmigos han sido por años, al igual que un "más que amigos". Pero no tanto. Para ellos tratan de estar, hasta que llegue a una situación que los haga unir sus corazones y mentes. Dándoles a entender que juntos siempre tuvieron que estar.