Y no se si son mis cansados ojos, si son las drogas o si es nuestra realidad.
Tus ojos licuándose ante mi, cayendo por los bordes de las cuencas huecas, ojos vueltos en lagrimas blancuzcas. Viscosas y perturbadoras lagrimas escurriéndose por tus mejillas
Unas lagrimas rojas
Un delgado liquido cayendo, recorriendo su camino con suavidad. Sin prisas, el tiempo, casi parece no existir.
Inquietantes lagrimas
El espacio entre nosotros golpea mucho peor al daño que tus puños pudieran causar alguna vez a la pared. La ausencia del sonido resuena más fuerte que lo que las palabras podrían dejar entre estas cuatro paredes, tan grises y perdidas como tu mirada.
Es un grito
Una mirada vacía. Que me recuerda mi soledad a patadas.
La mirada más hermosa e impotente que he visto no necesita ver.
Si no, dejar ver.
Todo lo que esconde la piel.