Mil millones de toneladas de luz (Flozmín)

III

Sola otra puta noche en El sheriff Joe.

"Florencia, ¿podes limpiar el baño de hombres? Creo que un niño vomitó ..." Bastian está hablando a escasos centímetros de mi cara, y no puedo evitar arrugar la nariz ante el olor de su aliento. Dios, alguien comió cebollas para la cena.

Asintiendo con mucho más entusiasmo de lo necesario, con la Operación Besos en el Culo aún activa, me dirijo hacia los baños en la parte trasera del restaurante donde Bastian me dejó un balde de agua, jabón, guantes y una esponja. Empujando la puerta, un olor horrible invade mis fosas nasales, haciéndome casi vomitar, y no puedo evitar pensar en cómo, en comparación con esto, el aliento de Bastian es de menta y arcoiris.

Suspiro ruidosamente, subiendo las mangas de mi camisa y, quitándome el sombrero, me peino en una cola de caballo desordenada. En el cubículo del extremo izquierdo, finalmente veo la cosa. No es tan malo como pensé que sería, pero aún permanezco limpiando el vómito de un desconocido mientras estoy en un traje de vaquero. Arrodillándome en el piso de baldosas, empiezo a frotar con fuerza, tratando de no mirarlo demasiado.

Eso es lo que odio de los turnos de la noche del sábado; Por lo general, solo somos un empleado, esta noche somos Bastian y yo, y la mayoría de los clientes son malditos adolescentes que regresan de los clubes y necesitan algo de comida grasienta después del alcohol y las drogas. Y aparentemente, ahora vomitan en todas partes.

Después de unos buenos veinte minutos de limpieza, finalmente estoy satisfecha con mi trabajo, a pesar de que todavía hay un ligero olor flotando por el baño. Después de lavarme las manos, dos veces, y de guardar las cosas de limpieza en un armario, regreso al comedor detrás de mi caja registradora. Todos los clientes de antes se han ido, y las únicas personas que quedan son un grupo de tres tipos ruidosos, obviamente borrachos y comiendo como cerdos, y, en el rincón más alejado cerca de la ventana, están Javo, Vir y Jazmín, los dos primeros hablando animadamente sobre un plato de aros de cebolla mientras Jazmín parece estar mirando por la ventana. Ha pasado una semana desde nuestra pelea en el baño y, como pensé, lo superó bastante bien y ni siquiera me miró desde entonces. Lo que sea.

El restaurante es tranquilo, solo se llena de la risa ocasional de uno de los tipos, ahora participa en una sesión de "vamos a mostrarnos los músculos" y los susurros de Javo y Vir. A pesar de todos mis esfuerzos, no puedo dejar de arriesgarme a mirar a Jazmín, que está sentada con la espalda vuelta hacia mí. Supongo que los tres volverán de un club de la ciudad porque Jazmín lleva un bonito vestido azul que revela casi toda su espalda. Lleva el pelo recogido en un sofisticado moño en la cabeza, y me doy cuenta por primera vez de que tiene un tatuaje de cuatro estrellas, una encima de la otra, que comienza jwdusto en la base de su cuello y se extiende hasta los omóplatos. Mmm, sexy. Sacudo la cabeza, parpadeando un poco. No sexy, no sexy.Pero es como si mis ojos se sintieran atraídos por eso; la forma en que las estrellas parecen moverse cada vez que respira levemente o la forma en que el negro de sus contornos contrasta maravillosamente con el blanco cremoso de su piel. Mirando hacia otro lado por enésima vez, mi respiración se corta repentinamente cuando veo los ojos verdes de Jazmín en el reflejo de su ventana. Nos miramos la una a la otra por un momento antes de bajar rápidamente la mirada, encontrando un nuevo interés en el dispensador de pajitas. Mierda, espero que no me haya visto mirando. No es como si la estuviera mirando de todos modos, simplemente admiraba su tatuaje realmente y ...

Mi divagación interna es interrumpida por una voz bastante insistente,

"¡Hola vaquera!" Mirando hacia arriba, veo que uno de los tipos me está hablando desde su mesa, "Vení acá por un minuto, ¿queres?" Aunque ya solo quiero darle un cachetazo en la cara, respiro hondo y empiezo a caminar hacia el otro lado del mostrador, recordando que, después de todo, es un cliente.