Capitulo III: Reencuentros

1.2K 56 7
                                    

Yuuki:

Al mirar hacia mi izquierda vi al Director Cross notablemente emocionado corriendo hacia nosotros, detrás de él una chica de cabello castaño rojizo se esforzaba en seguirle el paso mientras le gritaba al primero que se detuviese.

-¡Yuuki!-gritó el con alegría- ¡Cuanto me alegra que estés de vuelta! -Luego, percatándose de que Kaname-kun aún estaba ahí agregó-: También me alegro de volver a verlo, Kaname.

-Gracias-respondió frío.

-¡Director! -dije abrazándole- ¡También me alegro de verle!

El Director puso mala cara al ser llamado de esa manera, pero no pudo agregar mucho más, ya que la chica que le seguía le palmeó el hombro, visiblemente cansada de haber corrido para seguirle.

-¡Director! -le reprendió- ¡Podría haberse hecho daño! No vuelva a correr así, sabe que debe cuidarse después de... -Se detuvo bruscamente, advirtiendo nuestra presencia- ¡Por Dios! ¡Yuuki! ¡Ha pasado mucho tiempo...! -dijo abrazandome.

Pasaron unos momentos para que me diese cuenta de quién era la chica que me abrazaba, pero cuando uni los cables solté un gritito de felicidad.

-¡Yori-chan! -le devolví el abrazo- ¡En realidad ha pasado mucho tiempo, amiga mía!

Sayori río nerviosa, pude apreciar que miraba disimuladamente a Kaname, quien hablaba con el Director notablemente sorprendido.

-Sayori, lleva a Yuuki a su habitación, por favor -pidió el Director-. Debemos hablar seriamente, Kaname.

Estaba confundida, ¿qué estaba pasando? ¿por qué estaban tan tensos? Como fuera, hablaría luego con Kaname-kun para intentar sacarle algo.

-Sigueme, Yuuki -ordenó Sayori.

Obediente, la seguí por los familiares pasillos de los Dormitorios, pasillos en los cuales pasé la mayoría de mi vida como humana. Ahora las cosas habían cambiado, me gustase o no.

Sayori se detuvo en una puerta de madera oscura, mirando detenidamente el cerrojo. Cuando empezaba a preocuparme porque llevaba mucho tiempo mirando sacó una llave del bolsillo de su chaqueta y abrió la puerta.

-Aquí es -señaló-. Bienvenida a tu habitación temporal, Yuuki-chan.

Sonreí asombrada, era una gran habitación con paredes blancas y suelo de mármol negro y blanco, de manera que parecía un tablero de ajedrez. Habían dos camas con el mismo tipo de madera de la puerta, la cual no supe reconocer, a cada lado de las camas habían unas mesitas de noche, y sobre una había una caja de madera del ancho de mi mano.

Sayori, siguiendo la dirección de mi mirada, dió con la caja que me había causado tanta curiosidad.

-Es para ti -explicó. Al ver mi mirada sorprendida, agregó con voz suave-: Un pequeño presente de mi parte.

Me indicó con la mirada que la tomara e insegura seguí su indicación. Levanté cuidadosamente la cubierta, la cual tenía la insignia de la Academia grabada, e intenté adivinar su contenido.

«¿Será algún tipo de joyería? ¿La llave de una habitación? -pensé- ¿U-un presente de Zero?» Descarté esa idea rápidamente, Zero no iba a enviarme un presente, además Sayori me dijo que aquello que el contenido de la caja era un regalo de su parte.

Mis sorpresa fue mayúscula cuando tuve entre mis manos un precioso anillo dorado, el cual tenía en su centro una luna de plata que resplandecía con la luz matutina que se colaba por las cortinas abiertas de par en par. No encontré palabras para describir la hermosura de aquel presente y al ver mi expresión la chica sonrió.

-¿Has visto el interior? --preguntó.

Negué con la cabeza, aún asombrada.

-Hazlo, por favor.

Levanté la pieza de joyería para verla con mayor claridad, con esa acción pude apreciar un detalle que había pasado por alto en mi primer vistazo: un grabado en su interior que decía «Unión».

-Es... -intenté agradecerle pero no tenía palabras- Es... -balbucié.

Al no poder expresar mi gratitud con palabras, decidí que lo mejor que podía hacer era estrecharla en un fuerte abrazo cargado de sentimientos: nostalgia, agradecimiento, temor, cariño y por sobre todo felicidad.

Estaba de vuelta.

Vampire Knight: Un nuevo amanecer [Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora