Naruto

La anfitriona de la fertilidad

Después de una fiesta hasta altas hora de la noche, temprano en la mañana  Naruto se levantó y ordenó su cuarto, bajó al primer piso y dejó una carta sobre la mesa de la cocina, recién eran las 6:30 de la mañana y Minato que era el primero en levantarse despertaba a las 7:30, así se ahorraba las despedidas.

-"Muchas gracias por todo y disculpe las molestias kushina san"- pronunció Naruto sin girarse, ya sabiendo que la mujer pelirroja le estaba observando desde la escalera.

-"No hay forma que te quedes naruto kun?"- preguntó Kushina un tanto triste, sabía que esta era la última vez que vería a aquel chico que creía su hijo.

-"No creo que sea correcto, pero de todo corazón deseo que su sueño se cumpla, se que su hijo sería muy feliz con usted"- sin más acomodó su mochila de viaje y se retiró, dejando a la pelirroja triste.

-"Son buenas personas, de eso no hay duda pero en mi estilo de vida con caven ellos, con esto puedo dedicarme a tiempo completo con mi tarea"- a paso tranquilo tomó rumbo a su nueva vivienda en la aldea, quien sabe y la sucursal si daba frutos, pero primero debía arreglar el entorno del local para atraer a buenos clientes.

El tiempo transcurrió con tranquilidad, en la academia ya estaban a pocos días de realizar el examen de graduación a quienes cumplieron con el periodo de formación, entre los alumnos destacaban que la mayoría eran herederos de los grandes clanes de la aldea, quienes dirigirían la aldea en un futuro, Kushina por mas que trató de buscar a Naruto no tuvo suerte, al parecer simplemente se marchó de la aldea, pero según Minato no se a registrado ninguna salida con ese nombre, simplemente debía tener paciencia aunque le sugirió que no siguiera insistiendo con el tema, ya habían molestado al chico con traerlo a la aldea por mera suposición, aunque Kushina simplemente ignoró las palabras de su esposo, Naruto tenía algo especial, el era su hijo, no sabía que era lo que generaba ese sentimiento, pero estaba segura de aquello, el examen de ADN estaba equivocado, así siguió con su búsqueda aunque de manera más disimulada, llegando a pedirle ayuda a sus alumnas cunado fue jounin sensei.

-"Querida, no puedes utilizar a una de mis anbus para buscar a Naruto"- Minato trató de hacer entrar en razón a su esposa, ver a Yugao yendo de un lado a otro no era sano para nadie.

-"Yugao chan solo quiere ayudarme"- se justificó la pelirroja sirviendo el desayuno a su esposo -"cambiando de tema, no olvides que el examen de Nanoko chan es pasado mañana, para que no organices ninguna reunión para ese día"- Minato asintió.

En los barrios bajos de Konoha, así como hace casi un mes, desde la aparición de aquel encapuchado, todo había cambiado, lo que antes era la zona más peligrosa, ahora era una zona más alegre, demasiado alegre si la música y las risas se escuchaban todas las noches, desde hace un tiempo que no se registraba ningún muerto e incluso algunos shinobis rondaban por el lugar pero para conocer la nueva taberna que se había abierto en Konoha, todo comenzó con un rumor, se hablaba de el lugar era bastante decente era muy agradable y que la atención era de primera, y bueno una cosa llevó a la otra, el nombre de la taberna era "La anfitriona de la fertilidad" y bajo aquel nombre en letras pequeñas se podía leer (sucursal) la comida era excelente y la variedad de licores era aún más llamativo para las personas que les gustaba disfrutar del buen licor.

-"Vamos Kurenai, según uno de los nuevos en I&T este lugar era excelente, además no me puedes dejar sola, quien sabe si me paso de copas y me hacen algo"- comentó una pelimorada demás animada, mientras que su acompañante solo negaba ante el comportamiento de su amiga.

-"no lo sé  Anko, creo que si el local está ubicado en esta zona, no debe tener nada de increíble, hasta tu has escuchado los rumores de este lugar, lo mejor será que vayamos al local de siempre"-  habló Kurenai mirando de lado a lado vigilando que nadie le pudiera tomar por sorpresa, aunque siendo sincera, todos parecían estar más centrados en celebrar quien sabe que, que de si quiera notarlas.