Naruto

Konoha

Después de una larga charla por parte de Jiraiya convenciendo a Naruto que el era a quien andaba buscando todo este tiempo, y que no era ningún huerfano, sus apellidos eran Uzumaki Namikaze y sus padre andaban como locos buscándolo, finalmente Naruto cansado de tanta chachara aceptó ir a Konoha para conocer a sus famosos padres, de cualquier forma no perdía nada, o eso creía Jiraiya gracias a las reacciones de su ahijado.

Naruto tenía sus motivos para ir a una de las aldeas más poderosas de las naciones elementales, controlar el barrio rojo, muchas de las chicas que atendían su negocio eran vendidas como esclavas desde konoha, lo que daba a entender que el mercado que ofrecía aquel lugar era perfecto para intervenir, un lugar donde todo estaba permitido era donde puedes matar a tus rivales y quedarte con todo lo que le pertenece, si el lugar tenía muchas secciones, significaba que la ganancia era muy poca, pero si solo había un solo dueño, todo sería mejor, era un mundo de ninjas, matar o morir, aplicaba a todos los estilos de vida.

Después de casi un día de caminata llegaron a la aldea, la cara de sorpresa del Uzumaki le sacó una sonrisa al sannin, pero notó algo que antes no había notado.

-"Naruto, porqué llevas vendas en tus brazos?"- Naruto acarició sus brazos como si recordara algo.

-"Fueron obsequios de un hombre que me cuidó cuando era pequeño, además de que se ven genial"- respondió emocionado, Jiraiya asintió.

Pasaron por el gran portón de la aldea.

-"Wow esta aldea es enorme, del tiempo que llevo viajando nunca había visto algo igual, y eso que es?"- preguntó apuntando los rostros tallados en piedra que resaltaban detrás de una gran torre roja.

-"Ese es el monumento a los Hokage, los antiguos líderes de la aldea, aunque el Sandaime hokage y el Yondaime hokage aún están vivos, por cierto el Yondaime es tu padre"- comentó Jiraiya pero Naruto ignoró aquel detalle, ya que observaba el lugar buscando algún indicio de lo que buscaba, pero nada, al parecer debería recorrer un poco más.

-"Me gustaría hacerte un recorrido por la aldea pero debo llevarte a la torre Hokage para informar que estas de regreso en la aldea, con tu parecido con tu padre será mucho más sencillo todo y quizás encuentres rápidamente novia"- esto último lo dijo Jiraiya moviendo sus cejas de manera sugerente -"No es por nada, pero Konoha es famosa por todo el continente elemental por tener a las mujeres más hermosas"-  Naruto se sonrojó ante lo dicho -"pero eso lo podrás comprobar después, mejor apresurémonos"- así ambos avanzaron en dirección a la torre Hokage. Ingresaron al lugar llamando la atención de los presentes, sobre todo Naruto por su gran parecido con el yondaime Hokage, o eso murmuraban  cuando eran vistos, eso continuó hasta que llegaron a la puerta de la oficina del líder de la aldea, y Jiraiya con todo el respeto del mundo ingresó sin tocar.

Minato Namikaze era un hombre conocido y reconocido por todo el continente elemental, lo que lo hacía alguien de temer, alguien que mantenía el control hasta en las peores situaciones pero esta no era la ocasión.

-"Minato kun, no me digas que olvidaste el cumpleaños de tu hija?"- preguntó una pelirroja de largo cabello que descendía por su espalda, que miraba al poderoso líder molesta con las manos a la cadera, ella era su esposa, una de las mujeres más poderosas de la aldea, conocida desde la academia como la Habanero sangriento, apodo ganado a pulso por corregir y castigar a quienes le molestaban por el color de su cabello y lo redondo de su rostro.

-"Como crees"- respondió Minato, buscando algo que lo pudiera salvar de la furia de su esposa, pero la puerta fue abierta de golpe.

-"Que tal Minato, misión cumplida, lo he en-con-tra, interrumpo algo?"- preguntó el Sannin viendo como la esposa de su alumno estaba en modo regaño, y lo mejor en estas situaciones era escapar a toda velocidad.