4, la fiesta.

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 Yo no era precisamente de esas personas que aceptan invitaciones de extraños así como así, pero ya había machacado mi ego con una estúpida apuesta, así que cuando terminó el tablado fuimos hasta la casa de Diego que era la más cercana para "prepararnos" (solo nos pusimos perfume y con suerte nos habremos lavado la cara).

 La fiesta era en la afueras de la ciudad en una de esas casas-quinta con grandes aberturas que se hacían antes, por lo que nos contaron, el cantante de la banda la había heredado de su abuela y ahora la usaban como estudio y para reuniones sociales. El volumen de la música era lo suficientemente alto como para invitarte a bailar, pero no tanto como para no escuchar a quien tenías al lado. Había luces de navidad colgadas por todas partes, el ambiente era especial. Los músicos estaban celebrando su primer show con una barra libre y micrófono abierto, por lo que cada tanto detenían la música para que algún que otro interprete hiciera su aparición. Luca y yo nos miramos de reojo, como midiendo que tan borrachos deberíamos estar para atrevernos a subir a hacer de las nuestras; a decir verdad, habíamos estado practicando juntos algunas canciones y no se nos daba nada mal. Tomé de la mano a Zoe y la llevé a donde todos estaban bailando. De a poco le perdimos el rastro al resto del grupo, lo que tienen las casas viejas de ese estilo es que son inmensas y hay muchas habitaciones.

 Un par de tragos más tarde me di cuenta de que una chica un poco más baja que yo me miraba desde el otro lado de la habitación tras sus lentes, así que le sonreí, y cuando se dio cuenta de que me dirigía a hacia ella me ofreció de lo que estaba fumando.
-¿Querés? Es tabaco. -Dijo mientras sonreía de costado- No sé mezclarme en estas fiestas, me trajeron mis amigos y los perdí.
-Gracias, pero no, dejé de fumar hace unos meses.- asintió con la cabeza y llevó el cigarrillo hacia sus labios otra vez- Yo tampoco soy muy de fiestas, pero todo pasó muy rápido y no tuve tiempo de decir que no. Aunque ahora me alegro de no haberlo hecho. -extendí mi mano hacia ella, a modo de saludo- Minerva, un placer.- tomó mi mano y se impulsó con ella para darme un beso en la mejilla.
-Agustina- dijo cuando se separó de mí- ¿Aquella chica es tu novia?- preguntó levantando una ceja.
-¿Quién, la colorada?- asintió- No, es mi amiga, Zoe.- iba a contarle que éramos vecinas y que me había mudado hace poco a la ciudad, pero sentí dos manos envolver mi cintura y una cabeza apoyarse en mi hombro izquierdo. No necesité voltear para saber quién se trataba, su perfume lo había delatado.- Agustina, él es Luca.
-¿Él sí es tu novio?- me preguntó mientras retrocedía unos pasos. Estuve a punto de contestar, pero mi amigo se adelantó.
-Preferimos no tener títulos, ¿no, bebé?- soltó mi cintura y se paró a mi lado. Dudé en si debía de seguirle el juego o dejarlo como a un tonto, pero ya estaba demasiado ebria como para cuestionarme mucho las cosas.
-Así es, mi amor.- una sonrisa burlona se me escapó, mis dotes actorales no estaban funcionando- Pero no tenemos problemas en ser más que dos- le sonreí a Agustina y caminé por el pasillo en dirección contraria para reírme en paz.

 En eso estaba cuando me choqué con Toni y, por todos los dioses, no sé si era el alcohol o la situación que acababa de pasar, pero estaba hermoso, paré de caminar cuando noté que me estaba mirando raro. 
-Mierda, ¿lo dije o lo pensé?- agradecí que las luces de aquella habitación hayan sido tenues porque me puse rojísima.
-Lo dijiste, pero no te preocupes, yo también lo pensé. Minerva, ¿no? Luca me habló de vos en un ensayo.- esperen, ¿¿¿qué??? ¿Cómo que en un ensayo? ¿O sea que ya se conocían? Tenía en mis filas a un traidor, definitivamente. -Es primo de Giano, el cantante, aunque por tu cara voy a asumir que él no te lo había contado.
-Wow, entonces hoy perdí una apuesta de forma muy estúpida. Por curiosidad, ¿qué dijo de mí?-Toni iba a empezar a hablar cuando Luca apareció detrás de mí otra vez, evidentemente era el día de interrumpe-a-Minerva y yo no me había enterado.
-Diiiije que no es nada que te interese, los chicos están en los autos afuera, vine a buscarte para irnos.- miró a Toni mientras abría los ojos como platos, supongo que intentando que esa conversación pasada continuara en secreto.
-¿Y si yo quiero quedarme?- dije mientras hacía mi mejor cara de ganadora- Es chiste. Nos vemos Toni, sígueme en instagram- lo saludé con un beso muy descarado y salí hacia la puerta de la mano de mi amigo.
-Ok, ¿qué fue eso, Luca? ¿Está todo bien con vos? Acabás de arruinar dos posibles candidatos interesados en mí.
-Ay, bebé, ¿para qué más si ya me tenés a mí? Vamos al auto, estás muy ebria como para ir sola a tu casa, yo te llevo.
-Te odio, voy a dormir todo el camino. 
-Qué descanses, mi princesa, dijo mientras encendía el vehículo.

Minerva.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora