O2; 𝗘𝗻𝗰𝘂𝗲𝗻𝘁𝗿𝗼

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Se encontraba en aquella dirección que le indicaron sus superiores, vestía con un sobretodo oscuro para cubrirlo del frío invernal y mañanero

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Se encontraba en aquella dirección que le indicaron sus superiores, vestía con un sobretodo oscuro para cubrirlo del frío invernal y mañanero.

Con un maletín de cuero negro sujetado fuertemente por su mano derecha que se encontraba protegida del frío por un guante del mismo material y color que el maletín.

Su rostro tenía una expresión seria, levantó su brazo y pasó rápidamente su oscura mirada al reloj de plata que se encontraba en su muñeca izquierda, 6:00 am marcaban las manecillas del aparato, a unos minutos de que aquellos hombres llegaran, apretó la mandíbula tratando de mantener la calma.

El cielo estaba opaco, y una leve neblina cubría las calles de Seúl, sus cabellos castaños estaban bien peinados, su rostro estaba impecable al igual que sus ropas, estaba firmemente parado en el centro de aquel estacionamiento solitario.

Escuchó el fuerte rugir de un motor. Estaban cerca.

Su vista se dirigió inmediatamente a un hermoso auto negro de última generación, el auto brillaba preciosamente, las ventanillas de este eran polarizadas por lo que no podía ver el interior, su vista estaba atenta a cualquier movimiento, estaba precavido por si su plan no resultaba correctamente; todo esto manteniendo una fingida apariencia totalmente calma.

Las puertas de aquel automóvil se abrieron, de una de estas salió un hombre alto, posiblemente de su altura, de rasgos fuertes, de mirada penetrante, rostro serio, de espalda ancha y piel morena, cabellos oscuros levemente ondulados y desordenados, por otro lado, las prendas que portaba se veían totalmente en orden al igual que costosas, los pasos de aquel hombre joven eran firmes y elegantes, su cabeza estaba en alto en cada uno de ellos, su aspecto era imponente, sin embargo Gguk no se mostró intimidado.

Dos hombres robustos y grandes salieron del mismo auto, Jeon no se inmutó, al menos eso es lo que aparentaba.

El hombre de piel morena se detuvo a centímetros de donde él estaba, pudo notar que la vista del contrario se posaba en él pesadamente, aquel par de ojos lo recorrían de pies a cabeza examinándolo minuciosamente.

Pudo observar como el hombre contrario guardaba sus manos en los bolsillos de su pantalón de vestir negro.

Él contrario lo miró a los ojos, Jeon le mantuvo la mirada con rostro inexpresivo tal cual como el mafioso lo hacía, y el último mencionado alzó de manera rápida ambas cejas un un gesto que resultaba superioridad y burla hacia quien intentaba sostenerle la mirada.

Él de piel bronceada le sonrió forzadamente y ladeó su cabeza comenzando a caminar regreso a la camioneta invitándolo a seguirlo; así lo hizo, lo siguió seguro.

Se encaminaron a la cajuela de dicho transporte.

— Deja el maletín adentro. — Escuchó la voz profunda y ronca del hombre moreno, obedeció en silencio inmediatamente.

Uno de aquellos robustos hombres se acercó a su persona  y comenzó a buscar algún objeto sospechoso entre todos los bolsillos de sus prendas.

— Los zapatos, quítatelos. — Volvió a mencionar la voz grave, y así lo hizo.

Vio al moreno sonreír, posiblemente satisfecho debido a que acataba todas sus órdenes sin queja alguna.

— Despójate de tu abrigo y déjalo junto al maletín. — Volvió a ordenar aquella voz, nuevamente obedeció. — Buen niño. — Hablo el moreno con tono burlón para continuamente tomarlo fuertemente por uno de sus brazos y adentrarse a aquel auto junto con Jeon.

— Seré breve, a partir de hoy formas parte de uno de los clanes más importantes de la mafia Sur Coreana. — Hablo él moreno una vez ya sentados en los asientos del auto mientras sacaba una pequeña navaja de uno de los bolsillos de su pantalón. — A partir de ahora me perteneces. — Dijo él moreno sonriente para continuamente sujetar el brazo derecho de Jeon con fuerza, arremangó la camisa de manga larga blanca que vestía el anteriormente mencionado hasta el codo, acercó la pequeña navaja al antebrazo de Gguk y comenzó con un corte profundo y recto de tamaño medio. — Me perteneces a mi, el gran Kim Taehyung. — Un dolor, uno soportable combinado con un gran ardor es lo que sufría aquel joven policía, un gruñido salió de los labios de este al sentir más presión en su piel contra aquel filoso objeto, cerró los ojos con fuerza conteniendo las maldiciones que querían salir de lo más profundo de su ser,  por el contrario, no se quejó, dejó plenamente que él moreno siguiera con el corte. — Si nos defraudas sufrirás las muertes de tus familiares, una vez todos tus seres queridos bajo tierra, te asesinaremos. — Hablo simple el hombre sin ningún remordimiento al decir aquellas crueles palabras que salieron en forma de amenaza.— El clan Kim es uno de los más vengativos. — Mencionó Hyung haciendo un nuevo corte diagonal. — Y recuerda que en este clan la palabra compasión no existe. — Volvió a hablar con lo que parecía ser orgullo, corto su piel nuevamente.

El hombre moreno se alejó de él, Jeon miró su brazo dañado notando al instante unos no tan profundos ni grandes cortes, la letra "K" se veía claramente en su antebrazo a pesar de la sangre que surgía de su anatomía.

— Ahora te pido de manera amable que  no manches el auto si no quieres recibir una paliza. — Hablo Kim mirándolo sonriente.

 — Hablo Kim mirándolo sonriente

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