Capítulo 2: Sometido a su voluntad.

7 3 11
                                    

Aehyung estaba por ponerse su última prenda, de ves en cuando bufaba como un toro enojado; y eso me resultaba un tanto irritante.

En un momento dado me atreví a intervenir, carraspeé llamando la atención de mi esposa; ella que estaba de espaldas se giró en redondo hasta quedar frente a mi con el shorts aun entre sus manos.

— ¿Por qué te enojas, y a dónde piensas ir? — pedí saber con suavidad desde la cama, estaba acostado sobre mi espalda con solo una sábana blanca cubriendo mis partes íntimas.

Jung resopló con fastidio; soltó el shorts que estaba apunto de colocarse este cayó al suelo, los brazos de la castaña quedaron a cada lado de su cadera.

Esto no podía ser nada bueno; Aehyung tenía entre sus dientes su belfo inferior, era de esas expresiones sensuales que usaba cuando estaba apunto de hacerme un segundo raund de los que me gustaban con tal de mantenerme callado.

— Estás gordo... De nuevo Jimin-sshi, y lo has hecho para que me enojase contigo y te hiciera ese sexo sucio que tanto te encanta, ¿cierto?

Asentí frenéticamente como el idiota que era, ya no me importaba comprometer mi salud con tal de hacer que me complaciera como Aehyung mejor sabía hacerlo; ella se me abalanzó dando gritos y risitas entrecortadas.

— ¿Eso quiere decir que me has perdonado? — entre abrí los labios dispuesto a preguntar que era lo que debía perdonarle, porque había olvidado todo en cuanto Aehyung me besó por primera vez —, claro como sabes que nadie más que yo podría estar con alguien como tú, me encanta que te hayas dado cuenta que lo nuestro es para siempre, y lo que diré nos unirá aun más.

«Ésas palabras me sonaban a algo que yo iba a hacer apenas pusiera un pié en casa, pero, ¿qué era?».

Un rayo de luz pasó por mi mente, era yo unos días antes de terminar en el único lugar donde a Aehyung le gustaba tenerme, en la cama.

Estábamos en nuestro décimo aniversario, vestía elegante, nada muy ostentoso, un delantal blanco con la frase: Cherry Ballet, evitaba que me manchase la ropa.

Todo estaba listo, había pétalos de rosa roja que hacían un hermoso camino desde la puerta hasta la mesa del comedor decorada con velas del mismo color que las flores; sobre los platos un buen abre bocas de Kimchi, este era un gusto que me alegraba tener en común con mi adorada esposa.

Y para el postre fresas con crema; todo preparado por mi, con algo de ayuda de SeokJin-hyun.

— Mi misión aquí a terminado, mañana quiero ese pollo, humeante y delicioso que me prometiste o voy a enojarme, Jimin-dongsaeng — alegó Jin señalandome acusatoriamente con su dedo índice, mientras yo colocaba los vasos para el Soju.

— Sí, sí, pero ya váyase hyun, necesito privacidad.

— ¡Oh, crecen tan rápido! — chilló el castaño, fingió limpiarse una lágrima, dio media vuelta y se fue entre esa risa limpia vidrios que lo caracterizaba.

Me quedé ahí, solo y con una emoción grandísima recorriendo mi cuerpo, ya saben no todos los días se cumplen diez años de casado con esa persona que te hace la vida feliz y llena de amor.

¡Ding- dong!

El sonido del timbre resonó en el apartamento, dejé los últimos detalles listos y corrí a abrir; pensaba que Aehyung era quién me recibiría o tal vez, algo se le había olvidado a Jin-hyun.

Que equivocado estaba.

Ni bien había abierto la puerta cuando un golpe contra mi rostro me dejó descolocado por unos segundos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 15, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El Títere Donde viven las historias. Descúbrelo ahora