Capítulo 36.- Volvemos al principio

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Narra Mechi:

No había necesidad de agrandar los problemas, ya eran exagerados en mi opinión, Lodo y Diego se gritaban en la habitación como dos esposos en pleno divorcio. Y Jorge se la vivía haciendo berrinches como un niño al que le quitaron su última galleta.

No importaba cuanto nos alejaramos o nos dedicaramos a hablarlo, el balance estába perdido, no había tranquilidad, el cariño se sentía falso y sobreactuado, las palabras que cada quien emitía empezaban a sonar metódicas y ensayadas, como una perfecta obra de teatro sobre el destruido hogar que creamos.

El olor a galletas me sacó de mis pensamientos, Xabiani se la vivía cocinando para salir de la zona de guerra, la cual era la sala, mientras menos convivieramos era mejor, si ya había alguien en la sala, con normalidad nos apartabamos de ahí en lugar de sentarnos y hacer compañía. Jorge y Diego se quejaban de que Xabi siempre cocinaba y dejaba la cocina hecha un desastre, lo que aparentemente les resultaba desmotivante y por ello preferían salir de ahí antes que otra cosa, patético si me preguntaran.

- hey - saludé cuando ví a Xabi sacar una charola del horno - galletas?
- así es, esta vez de vainilla
- suena bien
- hey - hizo una pausa sacándose los guantes de cocina - he estado pensando...ya vivo aquí prácticamente - yo asentí - quizá...tal vez sería buena idea mudarnos juntos?
- mudarnos como...aquí? - el negó un par de veces
- mudarnos solos, por nuestra cuenta

- no lo sé Xabi, Jorge se va en unos días a L.A y dejar a Diego no me parece una buena idea...
- podríamos, no sé, mudarnos poco después de que Jorge y Tini regresen, ya sabes, quizá entre ellos si puedan reestablecer esto - hizo un ademán mirando a la casa - Mer?
- no lo sé... - se acercó a mi y me tomó de ambas manos
- si te parece muy pronto puedes decirlo
- es que en realidad no lo sé, sería...bueno mudarme de aquí, todo se ha vuelto un tremendo problema pero...no sé si vivir juntos sea lo que ambos necesitemos
- está bien, solo...piensalo si? - yo asentí mientras él volvía a caminar rumbo al horno.

Me quedé de pie viendo como lo apagaba y empezaba a recoger todo con cuidado, su cabello se movia lento, como si tuviera todo el tiempo del mundo, la forma en la que movía los brazos y se agachaba a guardar las cosas...

- Xabi?
- si? - dijo sin voltear
- ven - él lo hizo sin decir ni una palabra, cuando volvimos a estar frente a frente me sonrió - ven - dije de nuevo, esta vez tomando su mano y arrastrandolo detrás mio
- a dónde vamos? - llegamos hasta mi cuarto y terminamos sentados a orillas de la cama en silencio - Mer está todo bien?
- lo está - sonreí

No estába segura de como las ideas habían empezado a surgir en mi mente, pero sin duda sabía lo que quería en este momento, así que lo hice, lo besé, y fue la clase de beso que sabes que nunca podrá compararse, sentir el cariño transmitiendose a través de los labios de ambos, lo besé como nunca había besado a nadie, sentía mi cabeza y mi corazón a reventar, cuando de pronto entró una llamada a mi celular "Ruggero" decía, no pude evitar bufar, la ignoré y mantuve mi atención en mi novio, el cual rió de nuevo cuando una segunda llamada entró.

Las llamadas siguieron unas 2 veces más hasta que me decidí por apagar mi celular.

- Mer...quizá debas...
- no le voy a contestar - dije seria, con mi mano derecha aún en su mejilla y la izquierda lanzando el celuar al otro lado de la cama - y Xabi...
- dime
- quiero mudarme contigo - la sonrisa de mi rizado novio había sido más que suficiente para hacerme volver a sus labios y olvidar el pánico que toda esta situación me generaba.

Narra Lodo:

- y bien? - pregunté - hay algo más que quieras decir?
- Lodo... Por favor, permíteme expli-
- no, no quiero oírlo - cerré la puerta de su habitación - solo quiero saber en que más me has mentido
- no te mentí
- ah no? Esto no cuenta como mentira? Y qué sí?
- Lodo...mira
- Diego, dime, por favor, solo dime la verdad
- no te he mentido, no busco lastimarte te lo juro, todo esto ha sido un mal entendido y...
- en serio? Entonces si tenías la valentía suficiente para terminar conmigo?
- eso fue solo... - hizo una pausa, podía notar la frustración generandose en su cara - alardeo...yo solo quería alardear y...
- oh vaya, entonces es cierto, todos los hombres son unos ineptos

Amor fuera de escena - Jortini, Dievica y RuggechiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora