❧❝Nuestra vida de casados❞ By:JungKook || TaeKook

❦002

3 meses de embarazo

JungKook

Sentado en el jardín de mi hogar me encontraba, acariciando mi vientre levemente abultado, donde se formaba una nueva vida.

Me encantaba aspirar el olor de las diversas flores que planté junto a mi querido esposo y padre de mi bebé.

Era un ambiente agradable tras sus diferentes aromas, provocando que una tormenta de recuerdos invadiera mi pobre mente.

Mi mejor amigo casi hermano me defendía, de ese hombre que se hacía llamar "mi padre"

No podía aguantar los abusos de ese hombre, y JiMin me ayudó a escapar de esa pesadilla, llevando mi pobre cuerpo inconsciente hacía la casa de Tae, cuando ya no daba para más.

Abrí mis ojos y una pequeña lágrima amenazaba con salir a luz de mis ojos, pero no llegué a derramar ninguna siquiera. No lo iba hacer.

No por su culpa.

Tae me mostró que no podía vivir con miedo a alguien como ese hombre. Debía ser fuerte y enfrentarlo. Gracias a él, lo conseguí y aquí estoy, esperando un hijo de la persona que más eh amado en el mundo.

Siento sus pisadas tras de mí, sonrió para mis adentros cuando sus fuertes brazos color canela rodean mi cuerpo, uniéndonos en un abrazo, cálido.

Volteo levemente mi cuerpo, sin hacer movimientos bruscos para que no se separe de mi, encontrándome con su hermosa sonrisa cuadrada que me cautivo ese primer día en el parque.

Sin poder evitarlo, sonrió y besó sus delicados labios, siendo correspondido al instante.

—Deberías volver a dentro, bebé. Eh preparado algo especial y exclusivamente para mi hermoso esposo.

Río enternecido y asiento. Poco después siento como ya no estoy sentado en el suelo, y todo mi cuerpo está cada vez más lejos de éste, me había cargado.

Me acomodo, ocultando mi rostro en su cuello, embriagándome con su aroma tan viril y a su vez, extremadamente delicioso a mi parecer.

Me lleva dentro de nuestro hogar, y me deja tocar el suelo con mis pies cuando estabamos frente a la mesa del comedor, la cual estaba decorada con velas y algunos pétalos de rosas rojas, seguida de la grandiosa cena que había preparado mi amor.

—Es hermoso Tae... Gracias

Me avalance a sus brazos, siendo recibido gustosamente, para seguido juntar nuestros labios en un casto beso.