Capítulo 13✔

1.7K 159 117
                                    

—No... no te reconocí — rasca la parte trasera de su cabeza.

Sonrió de manera forzada, Greco aparece entre nosotros.

—Hombre Claudio, que coincidencia encontrarlo aquí.

—De hecho Alice me ha invitado a compartir con vosotros. Bueno... no con vosotros dos, sino con Victoria—creo que mi cara empieza a arder.

—Me parece perfecto, solo espero que alguno de vosotros dos paguéis vuestra cena—Empezamos a caminar al interior del lugar—solo la comida cuesta un ojo de la cara.

—¿Cómo?, pero si vine aquí con la esperanza de que me invitaras, por nuestra amistad de amor/odio—dice en broma, la fachada del edificio de dos plantas es elegante y contemporáneo, dos puertas de cristal nos reciben las cuales son abiertas por dos elegantes sujetos.

—No te pases de listo Doctor—dice Greco al tiempo que entra con Alice al lugar, entramos a unos cuantos pasos de ellos, nos detenemos en la recepción y Greco habla con un hombre mayor de traje. Supongo que para su mesa reservada.

Me acerco a Alice—¿Hay otra mesa reservada además de la suya?—hablo por lo bajo.

—No—la miro con asombro.

—¡¿Qué mierda dices? ¿dónde comeremos? ¿Con ustedes?!

—Relájate.

—¿Cómo quieres que me relaje?, estabas como el culo quejándote con tu noviecito sobre cuán fastidiosa soy.

Me da una manotada en mi brazo, la miró confundida

—Calla la puta boca, no es mi novio.

Pongo en blanco los ojos.

—Como si no supiéramos que va a pasar entre tú y el hombre después de la cena—trata de decir algo, pero se calla.

—Para que te lo voy a negar.

Miro de nuevo a Greco, frunzo el ceño al ver que le dice algo en el oído al recepcionista, este asiente y Greco le da lo que creo es una tarjeta de crédito.

—Solo espero que te lleve a su casa, quiero dormir esta noche tranquila.

Los dos sonríen, nos da una señal para que continuemos, subimos una pequeña escalera hasta unas grandes puertas de madera.

—Si, no te preocupes. Te dejaremos a solas con tu doctorcito— estoy a punto de refutar, pero abren las puertas y me quedo maravillada.

—Por aquí.

Un hermoso candelabro de cristales cuelga del cielo raso, una de las paredes es de completo cristal que da a alguna zona natural rodeada de árboles medianos y plantas.

Llegamos a la mesa, indican que es la de Alice y Greco, ellos se acomodan mientras nos quedamos de pie esperando por quizá otras sillas para nosotros.

—¿Disculpe?—pregunta Claudio— ¿nos traería sillas para poder acomodarnos?

—No es necesario—nos miramos confundidos —vosotros tenéis vuestro propio lugar— abro la boca, miro a Alice. Esta me guiña un ojo.

"De nada" habla entre labios.

El hombre nos pide acompañarlo, mientras caminamos de nuevo por el lugar me percato de la pista de baile con música clásica, algunas personas aprovechan el momento para bailar un poco.

Llegamos a nuestra mesa, me gusta el sitio ya que está justo enfrente del gran ventanal.

Nos acomodamos y nos entregan el menú.

CONWAY (En Corrección) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora