-____, ¿estas bien? ¡Me dejaste preocupado! -murmuro mientras me abrazaba-
Asentí, cerro la puerta y nos sentamos en la pequeña sala.
Era hora de hablar, no quería, pero debía hacerlo.
-Lo siento -dije mientras subía las piernas al sillón individual y las abrazaba-
-¿Porqué? -me miro sin entender-
-Sabes, las pesadillas nunca se fueron -comencé, el quiso interrumpirme pero lo calle- déjame hablar, por favor -pedí, el asintió- Si te decía que habían desaparecido era para mantenerte tranquilo, para que no te preocuparas por mi, para que no tuvieras un peso mas sobre tus hombros -mi voz se corto y las lagrimas inundaron mis ojos. ¡No iba a llorar!, no ahora- No sabes lo horrible que es despertar en la madrugada por las mismas pesadillas, son tan reales que, no puedo con ellas, esto me supera y no supe como controlarlo -solloce- prometí no volver a hacerlo pero es mas fuerte que yo -lloré-
Su expresión cambio por completo. Se levanto rápidamente del sillón y se acerco a mi, se hinco frente a mi y tomo mis brazos, subió mis mangas y vio con horror mis brazos, pude escuchar sus sollozos, no quería abrir los ojos, no quería ver su cara de sufrimiento por mi culpa.
Sus brazos me rodearon fuertemente y empezó a susurrar mil y un cosas en mi oído, la mayoría no las entendí gracias a mi llanto y al de el, cuando nos calmamos nos separamos poco a poco.
-Prométeme que no lo volverás a hacer, si tienes ganas de hacerlo corta mi brazo, mis piernas, lo que quieras de mi, -lo miré con horror- pero no a ti
-No podría hacerte eso, no puedo hacerte daño -mi llanto comenzaba a salir de nuevo-
-Lo haces, cada vez que te lo haces a ti es como si me lo hicieras a mi, somos uno, ¿lo recuerdas?, si tu sufres, yo sufro, si tu ríes, yo río. ¿Lo prometes?
-Lo prometo -me abrazo fuerte-
-Sabes que debo decirles a mamá y a papá sobre las pesadillas, ¿no? -pregunto, yo mordí y labio y asentí- Ellos sabrán que hacer,mientras tanto quiero que vuelvas al bus con nosotros, sacaremos a Caitlin de tu habitación y ahí dormiremos tú y yo, ¿esta bien?
-No, no tienes derecho a sacarla..
-Claro que si -me interrumpió- Dormirá en alguna otra habitación
-Fredo..
-No, Fredo nada -me regaño- Primero hablaré con papá y mamá, ellos pensaran en lo mejor para ti
Solo asentí y me abrace a el, necesitaba sus abrazos,
Había quitado una pesada carga de mis hombros al decirle todo a Alfredo, pero sin duda, esa carga se la había pasado a el.