NARRADOR-
La vida de Angeline Jones era perfecta. Placentera. En un tronar los dedos tendría al mundo en la palma de su mano.
Nadie la juzgaba porque si lo hacían se metían con su padre. Aquél le defendía de todos. De todo.
No había escape para nadie: morirían o sufrirían, eso ya quedaba a la decisión del señor Jones. Angeline sabía perfectamente lo que hacía su padre, muchas veces le dijo que ya no hiciera nada de aquello recibiendo una ignorancia de su parte.
Entonces, se prometió a si misma nunca se entrometería. Para los reporteros, para los televidentes, para todo Greenwich esa familia era poderosa.
Un adormecido dolor se extendió en su pecho. La luna esa noche era roja.
Iba a suceder algo.
Lo sabía.
Lo presentía.
Le dolía saber de que seguramente nadie le creería.
Posiblemente sólo su padre, pero las demás personas que conocía saldrían y les dirían a los reporteros "Esta enferma. Tiene una congestión cerebral: necesita un momento a solas".
La gente era mierda sobretodo hoy en día, si no te critican te apuñalan y si no te apuñalan te critican. Así funciona el mundo o eres como ellos –siendo parte de sus clásicas basuras. – o te aguantas.
Solo existían pocas personas que sabían el significado de confianza y amistad.
Seguramente su madre y amigo de la infancia no conocen eso.
No, nunca, después de la ambición que creció en sus corazones. Pero lo más raro era que llevaba tiempo sintiendo esa misma extraña sensación como si algo o alguien le dijese.
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THE WITCH ©
FantasyLa inseguridad es una palabra compleja que impide a personas de ver sus virtudes pero hay muchos casos peores. La perfección es una segunda palabra que no nos puede describir. Sin embargo, esta si describía la vida de Angeline Jones quién tiene una...