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un patrulla paró al lado de unos combustibles. la esperanza se adentraba por aquellas puertas mecánicas, tenía la fé en que podría volver a verte. pero me equivoqué. y una vez más, la decepción tomó el paso.

el dueño del z había adentrado en la tienda, observando los dulces que reposaban en la estantería. al parecer había tomado toda su atención sin haberme dado cuenta.

el hombre era guapo, no podía negarlo. pero no se podía comparar su mirada con la tuya, no había modo. quizás eras como una de las figuras de mucho valor, donde solo habían muy pocas copias creadas. quizás era difícil de conseguirte, porque eras algo valioso. porque eras especial, diferente. no sabía usar las palabras correctas.

«buenas tardes, ¿qué desea?» le pregunté, aún sabiendo la respuesta. me callé al momento sabiendo lo ridículo que pude haber parecido. le había causado risa, pero no parecía ser la misma risa que la tuya. y aún sin haberla escuchado podía hacerme una imagen.

«¿cuánto por la gasolina?» sabiendo que aquella persona no se trataba de ti, pude apreciar tu imagen en donde no estabas.

la radio llamó nuestra atención, gritabas demostrando la rabia que llevabas. la tranquilidad con la que entrabas cada tarde a la tienda se esfumó, no parecías el mismo. ahora entendía el porqué mantenías tanto estrés: trabajar en el cuerpo nacional tenía que ser algo agotador. al parecer lo único que te "desintoxicaba" era el tabaco, por eso tenías aquel olor en específico. aunque tanto humo en los pulmones no era bueno.

«¿qué le sucede al hombre? no parece muy contento». hablé, después de haber comentado el precio, intentando sacar algo de información, aunque no quería que fuera personal. «¿el intendente?» comenzó a reírse, como si estuviese formulando una pregunta estúpida, y quizás tenía razón. «al viejo conway le consume el trabajo. es infumable cuando se trata de un mínimo error cometido». no supe que responder, solamente solté un pequeño "oh".

el oficial se marchó, dejándome mucho que pensar ante tales palabras. obervé la tienda, rendido ante mis pensamientos.

al menos ya sabía como era tu segunda cara, aparte de que tenías un bonito apellido.

fuel station \\ intendenteplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora