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Hinata no podía recordar un solo instante siendo feliz en ese lugar

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Hinata no podía recordar un solo instante siendo feliz en ese lugar. Lo mas parecido a eso fue el momento en el que conoció a Naruto y supo, con solo olerlo, que era su compañero. Creyó, ingenuamente, que él se encargaría de sacarla de allí para darle una vida pacifica en la manada Namikaze. No obstante, Naruto apenas la miraba. Ella no podía entenderlo, su loba chillaba en agonía cada vez que intentaba un acercamiento y el la rechazaba. Oh, pero todo cambio cuando entro en calor; solo así pudo despertar el interés masculino. Después de haberle entregado su virginidad él se marcho y solo lo volvió a ver hasta el siguiente mes. Esto se convirtió en rutina, pero ella creía que peor era nada, después de todo ¿Una cosa como ella podría aspirar a mas? Duraron así dos años. Muy a su pesar Naruto siguió interesándose solamente en satisfacer sus necesidades con ella, no le importaba su posición en el clan y jamas trato de ayudarla; simplemente ignoraba las partes de su cuerpo magulladas mientras follaban. A pesar de odiar con todo su corazón a Hokuto le estaria agradecida siempre.

Gracias a ella pudo ver el interior podrido del rubio.

Por eso y muchas cosas mas, hacer esa llamada fue más difícil de lo esperado. Tuvo que recurrir a unas cuantas respiraciones profundas y una copa de vino. No era amante del alcohol, principalmente porque su metabolismo trabajaba tan rápido que jamás lograba emborracharse, pero esta vez decidió utilizarlo como un método relajante. Con las manos menos temblorosas logró marcar el número y espero que alguien contestara.

-¿H-Hola? - El tono inseguro de la otra persona le hizo dudar un poco de si había marcado el número correcto- ¿Porque tienes este numero?

-¿Esta Hiashi por ahí? - Vale, no ser cortes en definitiva no era la forma correcta de actuar - Te hice una pregunta sencilla de responder – parte de su escepticismo disminuyó cuando escucho un leve gruñido del otro lado- 'Por lo menos hablando con un Lycan' - dile que Hinata Otsutsuki lo necesita-

-Escúchame bien, si esto es una maldita broma voy a rastrear tu maldito número y te seguiré a los confines de la tierra- No esperaba aquella respuesta. Por otro lado, sonrió de medio lado, reconocería ese tono altanero en cualquier momento, sin importar los años que pasarán -

-Vaya... vaya... vaya... Así que Hanabi, la niña de papá, ahora es toda una mujer- El leve jadeo que escucho solo sirvió para confirmar sus sospechas - Se una Lycan obediente y dale el teléfono a tu padre, necesito hablar algo urgente con él -

-Y-Ya te dije que si es una jodida broma y-yo-

-¿No me has oído Hanabi, te estoy preguntando quien es? - La leve sonrisa que aun permanecía en su rostro se borro de inmediato, esa voz, esa maldita voz-Dame eso- Oyó un leve forcejeo - Yo soy la compañera del macho que buscas, todo lo que le tengas que decir debo primero oírlo - Hinata podía imaginar la sonrisa de autosuficiencia dibujada en aquel asqueroso rostro - Pero antes que nada, ¿quien eres y porque crees que tienes derecho de hablar con mi compañero? - De inmediato sus ojos cambiaron de color. Sus garras también hicieron acto de presencia; tuvo que hacer un esfuerzo enorme para no sonar distorsionada. Lo último que deseaba era que esa loba supiera que aún ejercía cierto poder sobre ella.

Luna Mía ¡MIA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora